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Carga fiscal laboral en AL, menor al promedio de OCDE

La recaudación sobre ingresos laborales del trabajador de América Latina ascendió a 21.7% del costo laboral total en 2013, por debajo del promedio de 35.9% entre miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), arrojó un informe de impuestos sobre los salarios en América Latina y el Caribe.

El ejercicio, elaborado por un grupo de instituciones encabezado por la OCDE, destacó que los impuestos varían considerablemente entre países de la región, desde 34.6% en Argentina, 32.2% en Brasil, o 26.9% en México, a sólo 11% en Trinidad y Tobago y 10% en Honduras. La diferencia entre los países latinoamericanos y los de la OCDE se debe al impuesto sobre la renta personal.

Este nivel relativamente bajo en la región de la llamada “cuña fiscal”, que mide la diferencia entre los costos laborales del empleador y el salario neto del empleado, refleja tasas promedio muy bajas de impuesto sobre la renta personal.

De hecho, México fue el único país del informe en el que empleados con ingresos promedios debían pagar el impuesto sobre la renta personal con una tasa de 7% contra 13.3% sobre los costos laborales del trabajador promedio en los países de la OCDE.

Debido a generosos subsidios específicos, la mayor parte de la fuerza laboral en América Latina tiene ingresos que quedan por debajo del mínimo imponible para el impuesto sobre la renta personal. La prevalencia de mercados laborales informales y la evasión impositiva también son factores que explican la baja recaudación de dicho impuesto.

Según el informe, la cuña fiscal de un trabajador promedio casado y con dos hijos en Latinoamérica fue de 21.4%, sólo 0.3 puntos porcentuales por debajo de la de un empleado soltero. La diferencia en los países de la OCDE, donde los beneficios familiares son mucho más elevados, fue de 9.5 puntos porcentuales.

Sólo cinco de los 20 países de América Latina incluidos en el informe (Argentina, Brasil, Chile, Colombia y Uruguay) poseen planes de beneficios familiares, aunque en Chile no están disponibles para el trabajador con un ingreso promedio.

Un capítulo especial del estudio explora las relaciones entre impuestos sobre el salario, las características de los mercados laborales y los niveles de informalidad laboral en los países de la región.

La interacción entre los umbrales de menores ingresos de las contribuciones a la seguridad social, generalmente a nivel de ingresos mínimos, y las tasas de contribución al programa de seguridad social eleva los costos de adhesión a los programas sociales para los trabajadores que se encuentran en los deciles bajo y medio-bajo.

En tanto, el costo de la participación en el mercado laboral formal, medido en términos de porcentaje de los ingresos, disminuye para quienes se hallan en la mitad superior de la distribución salarial, con ingresos por sobre el umbral mínimo.

El estudio menciona que las altas tasas de informalidad tienen una relación directa con los altos costos de formalización, particularmente para quienes se encuentran en los sectores bajo y medio-bajo de la distribución de ingresos.

Esto, sumado a innumerables factores extra-impositivos, explica las decisiones personales prevalentes en América Latina de sumarse y permanecer en el mercado informal.

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