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Wilbur Ross, el rostro detrás del TLCAN

Wilbur Ross, nuevo secretario de Comercio de Estados Unidos (EU), tiene claro su objetivo: llevar a buen puerto la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) o decidir salir de él.

Lograr su cometido será una labor titánica, considerando que esta alianza comercial entre EU, Canadá y México tiene 25 años de historia, además de que está considerada como una de las más exitosas y rentables a nivel global.

La batalla que no tiene que perder México

Wilbur Ross es el rostro detrás de la negociación del TLCAN. En algunas entrevistas, el secretario de Comercio ha comentado que la dependencia de México hacia EU es tan grande, que tendrá que ceder: “No habrá guerras comerciales, y diré por qué: veamos al peso mexicano. La razón por la que ha colapsado es porque todo mundo sabe que los mexicanos tendrán que hacer concesiones. Punto”.

En su opinión, hay una gran diferencia entre el impacto de los acuerdos comerciales para las empresas estadounidenses y los trabajadores, “las compañías se han adaptado invirtiendo capital fuera, lo que supone que estamos exportando trabajos e importando productos, en lugar de al revés”.

Su política proteccionista es una de las grandes preocupaciones de los analistas económicos, pues están en riesgo ocho de cada 10 dólares que ingresan a México por concepto de exportaciones. ¿Seremos testigos de la crónica de una derrota anunciada?

De acuerdo con Jesús Sánchez Arciniega, investigador de la Facultad de Economía de la UNAM, el balance general que enfrentará el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, (quien en teoría encabezará esta negociación del lado mexicano) y Luis Videgaray, titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores, es negativo, aunque con sesgos positivos que se pueden explorar.

En su opinión, las posibilidades de que EU salga del TLCAN son mínimas, porque, de hacerlo, se “daría un balazo en el pie”, considerando que por cada dólar que se exporta, 40 centavos regresan a EU, como proveedor de la industria mexicana.

Además, según el secretario de Hacienda, José Antonio Meade, México es el primer o segundo socio comercial en 29 de los 50 estados de ese país, con lo cual los mexicanos contribuyen con cerca de 8% del PIB del país vecino, eso sin contar que todos los días, 1 millón de personas y 370,000 vehículos cruzan la frontera legalmente.

Sin embargo, dice Sánchez Arciniega, hay una alta posibilidad de que las negociaciones sean “complicadas”, aunque México tiene con qué hacer frente.

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Los sectores con mayores ventajas son los relacionados con el campo, en el tomate y el aguacate. También, en la exportación de México puede establecer buenas condiciones.

En contraste, en la manufactura de bienes durables, como electrónicos y electrodomésticos, así como en la industria de software, llevamos las de perder.

Bajo este escenario, estados como Sinaloa, Nayarit, Guerrero, Michoacán, Chiapas, Oaxaca y Tabasco serían los menos afectados, pues entre los productos que más exportan están hortalizas, aguacate y carne.

Tamaulipas, Chihuahua, Baja California, Nuevo León, Querétaro y Aguascalientes serían de los más afectados, pues exportan artículos de mayor valor agregado.

“El balance es negativo, pero no crítico. Si ambos países establecen una buena negociación podría darse un ganar-ganar, con un sesgo más favorecedor para EU”, explica Sanchez Arciniega.

En un foro organizado por American Society of Mexico, Larry Rubin, representante del Partido Republicano en el país, aseguró que Donald Trump sí se va a sentar a negociar el tratado comercial; sin embargo, dijo que no necesariamente será algo negativo para México.

Carlos González, director de Análisis de Monex, coincide con Rubin, pues considera que hay puntos que simplemente se deben actualizar, sin que ello represente algo adverso para la economía mexicana; no obstante, destacó que lo ideal es esperar, porque “lo más seguro es que veamos a dos Trump: el de la campaña electoral que dijo y al Presidente que hizo”.

Jaime Serra Puche, exsecretario de Comercio y de la Secretaría de Hacienda, comentó que una mala negociación puede traer peores consecuencias a las que dejaría la salida de EU. Destacó que si el gobierno federal aprueba medidas que lleven a un comercio administrado por medio de cuotas sería negativo para el país, porque existiría una incertidumbre eterna.

Señaló que si Donald Trump opta por salir del TLCAN “nos llevarán a una relación regulada por la OMC, Organización Mundial del Comercio, y estaríamos pagando aranceles poco importantes (2.8%, en promedio)”. En su opinión, lo terrible sería si EU sale de la OMC.

Durante un seminario, el exfuncionario enumeró cinco puntos que el gobierno federal debe poner en marcha durante la negociación: apertura económica; implementación de reformas fiscales; no aceptar puntos que vayan en contra de los intereses nacionales; aceptar modificaciones que eleven la competitividad como región, y, por último, diversificar sus mercados.

En ese sentido, Sánchez Arciniega considera que es un carta que México tiene bajo la manga: “explotar nuevos mercados”, particularmente en América Latina, los cuales están olvidados, además de profundizar otros como el de Japón y su relación con China.

La postura del gobierno nacional es que México está listo para afrontar esta negociación, la cual –afirma- buscará que se lleve en los mejores términos posibles y bajo la premisa de que el país no será sumiso ante el gobierno de Estados Unidos, ¿será? Lo veremos muy pronto, desde el primer día de la nueva administración republicana de Donald Trump, porque Wilbur Ross reiteró la semana pasada que es prioridad del nuevo gobierno y que se discutirá desde las primeras horas del 20 de enero.

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