El Economista. Opinión. Este sábado 15 de diciembre del 2018, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunciará el Plan Nacional para la Producción de Hidrocarburos.
Se trata de un plan con el que buscará alcanzar la soberanía energética.
El primer objetivo será detener la caída de la producción petrolera.
Iniciará una intensa cruzada para ubicar yacimientos petroleros que contengan hidrocarburos para aumentar las reservas y hacer crecer la plataforma de producción.
El presidente de México está convencido de que la reforma energética, iniciada en el gobierno de Enrique Peña Nieto, en lugar de hacer crecer la producción de petróleo y gas, la contrajo.
De acuerdo con sus propias cifras, desde que se inició la reforma energética, la producción de crudo del país ha perdido 1.2 millones de barriles diarios.
López Obrador ha dicho que la reforma energética fue un gran engaño con el que supuestamente “iba a llegar la dolariza”.
Ha subrayado que el gobierno saliente en lugar de alcanzar los 3 millones de barriles de crudo diarios de producción en este año 2018 produjo apenas 1.8 millones de barriles de crudo diarios.
En lo que no repara el presidente López Obrador es en que fue a partir del 2004 cuando comenzó a declinar la producción petrolera con el declive del megayacimiento Cantarell.
Por eso, ha dicho que durante su gobierno rescatará a la industria petrolera como lo hizo el general Cárdenas en 1938.
Y buscará alcanzar la soberanía energética, con un modelo nacionalista.
Ha dicho que al final de su administración México estará produciendo 2.6 millones de barriles diarios de crudo.
En ese objetivo, anunciará el inicio de licitaciones para exploración y perforación de pozos para suministrar a la Refinería de Dos Bocas, cuya construcción está por iniciar, más la rehabilitación de las seis refinerías existentes, con lo que al final del 2019 se estaría remontando la crisis y habrá más extracción de petróleo.
Además de interrumpir las rondas petroleras inminentes y condicionar su continuidad a que se registren resultados de los contratos asignados, el jefe del Ejecutivo ha convocado a empresarios petroleros nacionales y a los propios trabajadores petroleros activos y jubilados para rescatar a Pemex.
Este sábado a las 11:00 am en la terminal marítima de Pemex Laguna Azul, Puerto Isla del Carmen, en Ciudad del Carmen, Campeche, y frente a 1,500 asistentes, hará el anuncio de su Plan Nacional para la Producción de Hidrocarburos.
Como en los recientes eventos del sector energético, estarán presentes empresarios petroleros mexicanos de tamaño mediano que han estado dedicados a la industria y en quienes se apoyará el nuevo gobierno.
El nuevo director de Pemex, Octavio Romero, y la secretaria de Energía, Rocío Nahle, estarán presentes cada uno con un objetivo específico: el de detener la caída de la producción petrolera para Romero y el de la construcción de la Refinería de Pemex en Dos Bocas, Tabasco para Nahle.
Es una nueva perspectiva del nuevo gobierno. Muy diferente a la de su antecesor. Su apuesta es por un plan de rescate de las empresas energéticas, mediante un modelo nacionalista.
Es un plan distinto en el que Pemex enfrentará retos internacionales e internos muy complicados. Al tiempo.
Paquete Económico
Con 453 votos a favor, los integrantes de la Cámara de Diputados ratificaron a Carlos Manuel Urzúa Macías como titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. El matemático, economista y académico llega a la dependencia del gobierno federal por unanimidad en la sesión ordinaria de la Cámara.
Con tal ratificación, mañana sábado podrá entregar el Paquete Económico que incluye los Criterios Generales de Política Económica, la ley de ingresos y el Presupuesto de Egresos de la Federación.
El próximo lunes 17 de diciembre el flamante titular de las finanzas públicas presentará el Paquete Económico 2019 ante el pleno de la Cámara de Diputados, el día en el que vence formalmente el plazo formal de su entrega al Congreso de la Unión.
Las previsiones son que la ley de ingresos sea aprobada antes del 24 de diciembre en la Cámara de Diputados; todo el paquete debe ser aprobado por el Congreso de la Unión a más tardar el 31 de diciembre.
El gobierno lopezobradorista planteará un superávit de 1% del Producto Interno Bruto.
Además, para evitar aumentar impuestos propondrá reducir programas sociales de todas las dependencias que pasarán de 150 a 50, además de la reducción del gasto corriente en altos mandos del gobierno federal: salarios altos, seguros médicos mayores, prestaciones superiores, etcétera.
Entre otras instituciones se plantea la desaparición del Consejo Mexicano de Promoción Turística (CPTM), del Instituto Nacional del Emprendedor (Inadem), y de las secretarías de Turismo y Economía.
El equipo económico del nuevo gobierno buscará enviar señales de confianza a los mercados y a los inversionistas con el Paquete Económico.
ATISBOS
NERVIOSISMO. Vaya que los mercados e inversionistas necesitan una buena inyección de confianza en el nuevo gobierno.
Hasta ahora han sido muchos y muy relevantes los impactos negativos que se han resentido en los mercados bursátil, cambiario y de ahorro por las intenciones, iniciativas y programa de recompra de los bonos del Nuevo Aeropuerto Internacional de México.