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Retira EU personal; saturan las garitas

Reforma

REYNOSA.- El Gobierno del Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cumplió ayer sus advertencias y retiró al 40 por ciento de su personal de aduanas, presuntamente para atender la crisis de migrantes, lo que llevó a cerrar carriles y trastocó casi todos los pasos fronterizos con México.

Filas kilométricas y esperas de hasta seis horas para cruzar a Estados Unidos se registraron en los puentes internacionales de Reynosa, Nuevo Laredo y Matamoros, en Tamaulipas; Piedras Negras y Ciudad Acuña, en Coahuila, y Ciudad Juárez, en Chihuahua.

En Tijuana, Baja California, no se reportaron afectaciones, mientras que en Nogales, Sonora, medios locales hablaron de lentitud en el cruce, pero advirtieron sobre la posibilidad de que Estados Unidos cierre el flujo comercial los domingos.

Apenas el viernes, la Secretaria de Seguridad Interna estadounidense, Kirstjen Nielsen, alertó que habría retrasos en los cruces binacionales porque se reasignarían agentes para atender la oleada de migrantes.

Además, Trump amenazó con cerrar la frontera con México si no se detienen las caravanas de migrantes.

La frontera más afectada ayer fue Ciudad Juárez, en donde los tiempos de espera máximo pasaron de dos a seis horas, pegando especialmente el comercio.

“Se ha triplicado el tiempo”, señaló Andrés Morales, director operativo del Fideicomiso de Puentes Fronterizos.

“El procesamiento de tractocamiones es el que ha estado generando las afectaciones mayores”.

En Reynosa, el puente de Hidalgo tuvo un tiempo de espera de cuatro horas en promedio, mientras que en el de Anzaldúas fue de dos horas.

Estos cruces son usados por mexicanos y estadounidenses para sus actividades personales y laborales diarias, y el paso tarda, en el peor de los casos, 50 minutos.

“La Aduana americana”, explicó un funcionario mexicano, “tiene largas filas en los puentes por cerrar carriles y usar a su personal para vigilar el Río u otros puentes donde hay migrantes”.

A su vez, el puente Reynosa-Pharr, enfocado al comercio, tuvo que suspender actividades desde las 11:30 horas debido a un bloqueo de agricultores tamaulipecos en protesta porque el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador redujo apoyos para el campo.

En Nuevo Laredo, principal puerto comercial terrestre de la frontera, los tiempos de espera se triplicaron y llegaron hasta las tres horas promedio.

Los usuarios de Matamoros resintieron esperas de hasta cinco horas, lo que también fue atribuido al cierre de carriles debido a la falta de personal.

“Están trabajando (en Estados Unidos) a un 40 por ciento”, dijo Julio Almanza, presidente de la Federación de Cámaras de Comercio, Servicios y Turismo de Tamaulipas (Fecanaco).

“Estamos hablando de que la frontera de Tamaulipas está semicerrada”.

El empresario urgió al Gobierno de México a actuar por las grandes pérdidas económicas que la situación provocará si se prolonga.

Incluso en ciudades con bajo flujo, como Piedras Negras y Ciudad Acuña, se dispararon los tiempos de espera al pasar de 20 minutos hasta casi tres horas.

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