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CÁMARA NACIONAL

DE LA INDUSTRIA TEXTIL

La economía digital y los fantasmas del TPP llegan al TLCAN

La renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) ha sido acogida con optimismo por el sector tecnológico en México y especialmente por los actores de la economía digital, incluyendo el comercio electrónico.

La inclusión del comercio electrónico es celebrada pero también vista como una necesidad por los jugadores del sector tecnológico. En México, las ventas en línea generan una industria superior a los 16,200 millones de dólares y se espera que este año tengan un crecimiento mayor a 30 por ciento.

El gobierno de Estados Unidos propuso que México y Canadá no cobren impuestos a las operaciones de entrada de mercancías enviadas por paquetería y mensajería por un valor de hasta 800 dólares. En México, el valor máximo para las compras en línea sin arancel, o de minimis, es de 50 dólares, mientras que en Canadá es de 20 dólares canadienses.

Juan Pizano, socio de Comercio Exterior y Aduanas en Deloitte México, indicó que para el gobierno mexicano esto tendría un efecto positivo en el nivel de bancarización; para los comercializadores nacionales observa un aumento en la competencia que “no debe frenarlos, sino impulsarlos a trabajar en lograr una mayor flexibilidad que les permita adaptarse a estos nuevos mercados”.

“Los minoristas mexicanos y canadienses se preocupan de competir con productos más baratos de Vietnam y otros lugares que se venden en Amazon”, escribió la periodista Anastasia Chacón González, en un artículo publicado en Breakingviews de Reuters. Desde México, esta preocupación proviene de sectores como el textil, zapatero o departamental, el cual ha pedido un piso parejo entre el retail online y el offline en temas de regulación y aranceles.

En su texto, Chacón González observó que las tiendas en línea estadounidenses como Amazon o eBay serían las ganadoras. Para Amazon, destacó que el mercado de Estados Unidos representó la mayor parte de los 80,000 millones de dólares de ingresos en Norteamérica, pero sus ventas en línea en México, donde Amazon Prime entró a principios del 2017, podrían aumentar en 107% a 6,000 millones de dólares entre el 2015 y el 2018, según Forrester Research.

Pizano, de Deloitte, mencionó en un artículo publicado por la consultoría que el Servicio de Administración Tributaria (SAT) trabaja un esquema para modificar las reglas generales de comercio exterior para regular y restringir la importación de estos envíos mediante el régimen de despacho aduanero simplificado.

“En caso de que la propuesta estadounidense se convirtiera en realidad, y México adopte un umbral de 800 dólares, el SAT deberá cuidar de manera eficaz y asertiva las operaciones de comercio electrónico para poder detectar así posibles desviaciones”, consideró.

Pero este tema generará fricciones. El mismo Ildefonso Guajardo, Secretario de Economía, dejó en claro previo arranque de la renegociación del TLCAN que “el problema con un de minimis de ese nivel es que te abre una puerta totalmente innecesaria”.

Derechos digitales, fantasmas del TPP

El jueves pasado, los países del TLCAN confirmaron que sus negociadores firmaron un acuerdo de confidencialidad sobre el avance y contenido de las renegociación del acuerdo. Lo cierto es que esta opacidad revive las preocupaciones sobre la falta de transparencia y afectación de los derechos humanos, sobre todo en la esfera digital, que se vivieron durante las negociaciones del Acuerdo Transpacífico de Asociación Económica (TPP, por su sigla en inglés).

La Electronic Frontier Foundation (EFF) advirtió que “nuevas normas sobre derechos de autor y patentes están de nuevo sobre la mesa, junto con una serie de nuevas reglas sobre comercio digital, incluyendo reglas similares al TPP que podrían hacer que el acceso a los secretos comerciales sobre un sistema informático sea un delito, poniendo a los denunciantes y a los periodistas en peligro”.

La organización estadounidense defensora de los derechos digitales también observa peligros en la renegociación del TLCAN, pues podría “limitar a los países de obligar a la divulgación de la tecnología criptográfica utilizada en los productos importados, pero sin realmente proteger a los usuarios contra puertas traseras o superar las demandas de aplicación de la ley, y prohibir a los países que requieran que los datos de Internet se alojen en servidores locales o pasen a través de redes locales”, lo cual “socava las leyes legítimas de protección de datos personales”.

La semana pasada, más de una decena de organizaciones de la sociedad civil de México, Estados Unidos y Canadá, pidieron que en la renegociación del TLCAN no se incluyan provisiones sobre la propiedad intelectual y el copyright para volverlos más transparentes y responsivos a las aportaciones públicas.

“A pesar de afectar la vida de millones de personas y tener efectos que duran décadas, los tratados de libre comercio como el TLCAN han sido negociados de manera opaca, sin incluir la representación de todos los sectores interesados y sin la posibilidad de fiscalizar la calidad de información con que se toman decisiones. Los negociadores del TLCAN no deben incluir normas de propiedad intelectual que privilegien los intereses de las élites ni socavar una internet abierta y libre para todas las personas”, comentó Carlos Brito, director de Incidencias en la Red en Defensa de los Derechos Digitales (R3D), una de las organizaciones firmantes.

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