El Economista, Opinión / Ricos y Poderosos, Marco Antonio Mares.
Es un choque de trenes entre la Secretaría de Energía (Sener), que encabeza Rocío Nahle, y la Comisión Reguladora de Energía (CRE), que preside Guillermo García Alcocer.
Resulta que la Secretaría de Energía le ordena al órgano regulador que aplace por un año la entrada en vigor de las nuevas reglas de calidad de combustibles, que afectarán a 40% del diesel que produce actualmente Pemex.
La CRE por su parte, se disponía a poner en operación las nuevas reglas a partir del próximo 31 de diciembre, con el propósito de lograr que se consuma diesel limpio en México.
Pemex tenía el plazo fijado y estaba en conocimiento que debía cumplir con las nuevas normas. La instrucción de Sener a la CRE implica que México seguirá utilizando diesel más contaminante, al menos por un año más, cuando el plazo para que cambiara, ya había sido establecido y convenido por las partes.
La instrucción
La instrucción es que la CRE evite que entre en vigor la obligación establecida en el anexo 1, numeral 1.3 de la nom-016-CRE-2016.
El argumento de la Sener es que “es una medida emergente temporal que establece Sener para garantizar el suministro de diesel automotriz en territorio nacional, que evitaría que el aumento en las importaciones, agrave el balance negativo de la balanza comercial nacional y produzca a Pemex un grave daño financiero y patrimonial como empresa productiva del Estado que le impida cumplir con sus mandatos de ley”.
Y advierte que el cumplimiento de contenido máximo de azufre en el diesel automotriz de 15 mg/kg DUBA por parte de los sujetos regulados, a partir del 31 de diciembre del 2018, podría impactar el suministro de diesel automotriz en territorio nacional.
Pemex refiere que el país no tiene capacidad de transporte paralelo, de almacenamiento y de capacidad de servicios portuarios, que permitan realizar la operación simultánea de importación de DUBA y el desalojo de diesel de 500 ppm hacia los puertos para su exportación.
Asimismo, el movimiento de autotanques se ha vuelto indispensable para el abasto actual y la infraestructura de logística no es suficiente para cumplir con el suministro de combustibles.
Esta insuficiencia implica la necesaria suspensión de las operaciones del Sistema Nacional de Refinación por causa de la congestión e imposibilidad de desplazamiento de los productos refinados.
Los impactos en el Sistema Nacional de Refinación serían: 1).- Reducción del proceso de crudo de refinerías. 2).- Incremento en las importaciones de diesel.
En octubre de este año, las importaciones de diesel han sido por 233.45 millones de barriles diarios (mbd), en tanto que la producción de Pemex sólo fue de 83.37 mbd.
Cabe mencionar que de acuerdo con el Banco de México —refiere Sener— nuestro país tiene una balanza comercial negativa, en la que los ingresos por concepto de exportación de crudo son inferiores a los egresos por la importación de productos petroleros.
Al mes de octubre del 2018, Pemex exportó crudo por un valor de 2 millones 334,985 dólares, en tanto que se importaron 5 millones 217,169 dólares, dando por resultado una balanza deficitaria por 2 millones 532,075 dólares.
El desafío
Lo que no dice Sener es que ése era precisamente el desafío que tenía Pemex: Aplicarse en la modernización de sus procesos para cumplir con las nuevas reglas de calidad de los combustibles, en aras de producirlos con mejor calidad que permitiera la generación de menores niveles de contaminación.
La intención era imponer controles en toda la cadena de suministro hasta el usuario final y una reducción de los contenidos de azufre en los combustibles, lo que siempre se consideró como un desafío para Pemex en el corto plazo.
El comisionado presidente Guillermo García Alcocer advirtió, desde que se establecieron las nuevas reglas y los plazos, que Pemex debía cumplir para poder mantenerse en el mercado y si no lo hacía tendría que tomar la decisión de exportar el diesel o dejar de producirlo.
Pemex, ahora, a petición de expresa de Sener, tendrá un nuevo plazo para cumplir con las nuevas reglas de calidad de los combustibles.
Pero con el cambio de modelo que impulsa el nuevo gobierno y la procuración de elevar el nivel de refinación que se tiene a la fecha, lo más probable es que las reglas de calidad de los combustibles queden en suspenso indefinidamente. Por lo pronto, quedan sin efecto para todo el año 2019.
ATISBOS
RECORTE.- Otros temas con los que se está viendo debilitada en su actuación autónoma la Comisión Reguladora de Energía son la reducción presupuestal de 30% que prevé el Presupuesto de Egresos de la Federación para el organismo.
Y la cancelación de 367 plazas eventuales, de la propia institución.
Por lo que toca al presupuesto, se reduce de 346 millones de pesos asignados en el año 2018, a 248 millones para el año 2019. Y el recorte de plazas eventuales implica una severa poda del personal de la institución, que en total tenía a 610 personas, y será recortadas 385 de ellas.
A la fecha, podrían no ser recontratadas bajo el esquema de eventuales, con el que sus contratos se refrendan cada tres meses.
El comisionado presidente García Alcocer recuerda que la CRE supervisa a 22,000 permisionarios y será muy difícil su regulación con una tercera parte del personal.
Ante el escenario del recorte presupuestal y de personal, la CRE evaluará con qué actividades de supervisión podrá continuar.