El Economista. Amafore. En México, las pensiones contributivas están relacionadas con el trabajo asalariado formal y como parte de la protección que ofrece la seguridad social. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), la población ocupada al segundo trimestre del 2018 asciende a 53.8 millones de personas, de las cuales sólo 43.4% cuenta con un empleo formal, es decir, tan sólo cuatro de cada 10 trabajadores cuentan con la cobertura de la seguridad social.
Cabe señalar que todo trabajo que se realice sin contar con el amparo de la seguridad social, sin importar si se realiza en empresas o negocios registrados o no registrados ante la SHCP, se considera informal. De esta forma, la ocupación informal comprende la gran heterogeneidad que se presenta en la estructura productiva, es decir, incluye a los trabajadores por cuenta propia o microempresarios y trabajadores subordinados remunerados de empresas o negocios no registrados, así como a los trabajadores asalariados y trabajadores sin remuneraciones fijas laborando en empresas o negocios formales, servicio doméstico remunerado, entre otros.
Según datos de la ENOE, 47% de la población ocupada se concentra en edades de 25 a 44 años y 51% de esta población pertenece al sector informal. De manera que gran parte de la población en edades jóvenes productivas, al no estar bajo la cobertura de un instituto de seguridad, no contará con una pensión para su vejez. Aunque es posible que los trabajadores informales tengan una cuenta individual en alguna afore y mediante aportaciones voluntarias formen un patrimonio para su vejez.
Al cierre de septiembre del 2018, en el SAR, 303,932 trabajadores independientes tienen una cuenta individual, esto es tan sólo 1.0% de los trabajadores informales. Es importante señalar que el ahorro en las cuentas individuales de los trabajadores independientes recibe el mismo tratamiento que los trabajadores afiliados al IMSS o al ISSSTE.
A pesar de que existen diferentes teorías que intentan explicar la existencia de la informalidad laboral, es un hecho que actualmente más de la mitad de la población se desempeña bajo esta situación, por lo cual, y mientras la garantía de una pensión esté asociada a la protección de la seguridad social que brinda el empleo formal, es menester que los trabajadores que no cuentan con dicho amparo tengan opciones para crear un fondo de ahorro que les permita tener una pensión en su vejez.
El SAR, mediante aportaciones voluntarias, ofrece una alternativa. Lo único que deben hacer los trabajadores es acercarse a la afore de su preferencia y registrarse para comenzar a realizar aportaciones voluntarias. Esta misma cuenta sirve para aquellos que posteriormente se integren a la formalidad y viceversa, un trabajador formal que posteriormente se desarrolle en la informalidad puede continuar realizando aportaciones a su cuenta para el retiro.
Para obtener mayor información sobre el sistema de pensiones visite la página de Internet: www.amafore.org.