Lluis Gil y Xavier Cañavate, investigadores y profesores de la Escuela Superior de Ingenierías Industrial, Aeroespacial y Audiovisual de Terrassa (ESEIAAT) de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) han creado, en colaboración con las empresas Comsa y GMN (Gestión Medioambiental de Neumáticos), un nuevo material a partir de las fibras textiles de los neumáticos que ya no sirven. Con este producto se valoriza uno de los componentes del caucho que hasta ahora no se reutilizaba.
Los neumáticos de los vehículos que circulan por el mundo están fabricados básicamente por tres componentes: látex o caucho, una armadura textil y fibras de acero. El único que no se podía reutilizar hasta ahora era el textil, por lo que una vez en desuso iba a parar al vertedero o como material de incineradoras.
Lluis Gil, del Laboratorio para la Innovación Tecnológica de Estructuras y Materiales (LITEM), y Xavier Cañavate, del grupo de investigación POLQUITEX —ambos de la UPC en el Campus de Terrassa— han desarrollado, junto con las empresas COMSA y GMN, un nuevo material a partir del textil de los neumáticos en desuso. El proyecto también ha contado con la colaboración de la profesora Teresa Vidal, del grupo de investigación en ingeniería papelera Celbiotech, de la UPC.
Uno de los puntos fuertes del proyecto es la creación de una serie de soluciones que permiten adaptar el producto final a los requerimientos del cliente y suministrarlo en forma de saco o de placas. Tras realizar diferentes ensayos, la clave para obtener el nuevo material ha sido la combinación de tres componentes: las fibras, la pasta de papel reciclado y la cola blanca adhesiva.
El nuevo material ha resultado ser muy eficaz para el sector de la construcción y para proyectos ferroviarios porque es un aislante acústico y térmico.
Los materiales aislantes convencionales tienen un coste aproximado de 6,2 euros/m2 con lana de roca y de 3,8 euros/m2 con lana de vidrio, mientras que el coste del nuevo material es inferior.
En cuanto a su capacidad aislante, es similar o superior tanto a los fabricados con lana de roca o con lana de vidrio. Según Lluis Gil, “este nuevo material es técnicamente equivalente a los que se utilizan hasta ahora para aislar los edificios térmicamente y acústicamente, compuestos por lana de roca y lana de vidrio, pero resulta más barato”.
Por su parte, Xavier Cañavate cree que “nuestro material facilita el reúso de millones de toneladas de fibras que hasta ahora iban a parar al vertedero una vez el neumático dejaba de ser útil, con el consiguiente ahorro de energía y de emisión de CO2 a la atmósfera, así como la revalorización de la pasta de papel reciclado, que es muy difícil de volver a utilizar”.
El nuevo material es resultado de la participación de las empresas GMN y Comsa, y la financiación ministerial del programa Innpacto, que ha dotado el proyecto con 130.000 euros. Además, el proyecto ha generado ocho trabajos finales de grado y una tesis de máster.