El bajo crecimiento que caracteriza a la economía mexicana tiene que ver con los profundos obstáculos institucionales, la sobrerregulación en sectores de alto impacto, la baja proporción de financiamiento bancario a sectores productivos, el limitado respeto a la ley; y la baja competencia, concuerdan Santiago Levy, economista en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID); Manuel Ramos Francia, subgobernador del Banco de México (Banxico); y Gordon Hanson, investigador del National Bureau of Economic Research (NBER).
En una conferencia magistral para explicar el bajo y lento crecimiento de la economía mexicana, Santiago Levy esgrimió que la informalidad creciente desde 1990 ha sido otro determinante del menor crecimiento mexicano.
“Tienes dos fuerzas atacando la misma situación de desigualdad, pero con una los gravas y con otra los incentivas”, refirió.
Desde su perspectiva, el sector público ha creado incentivos indirectos a la informalidad con la multiplicidad de programas sociales que incluso se duplican, y generan costos económicos al erario.
Destacó que este tipo de programas de apoyo a la salud se han convertido en subsidios a la informalidad.
Para ilustrarlo, comentó que desde 1990 se han triplicado los recursos públicos destinados a los subsidios de programas sociales, lo que reduce también la disponibilidad de recursos para el erario.
Trabajar sin prestaciones ?es ilegal
Más tarde, el economista presentó resultados de una investigación sobre cómo el sistema mexicano ha favorecido a las empresas para que pasen de la formalidad a la informalidad, acotando su capacidad para contribuir al erario.
El economista, que fue subsecretario de egresos a fines de los 90 y director del IMSS en el 2006, comparó los resultados de cuatro censos de negocios en México, levantados entre 4,000 firmas, que representan 80% del sistema laboral.
En el contexto institucional, destacó que la ley permite a las firmas operar bajo dos sistemas: con trabajadores asalariados y por tanto protegidos por beneficios sociales, y con empleados no asalariados (subcontratados), que no cuentan con prestaciones ni beneficios sociales. Es decir, las instituciones permiten a las empresas tener trabajadores con salarios bajos y sin prestaciones.
Esto origina varios tipos de empresas: las formales, que tienen a sus trabajadores cotizando legalmente, lo que les da prestaciones; las mixtas que cuentan con una proporción de sus trabajadores bien reconocidos y compensados con beneficios de ley; pero también cuentan con otro esquema de no asalariados.
También están las que operan informalmente, que simplemente no enteran a la autoridad de sus ingresos y tienen a sus trabajadores mal pagados y sin beneficios sociales ni de salud, con lo que están rompiendo todo tipo de ley.
Estos huecos legales en los que operan las empresas de México han reducido al número de contribuyentes, impactando en la capacidad de generar recursos al erario y han motivado a más empresas a moverse del sector formal al informal, lo que también ha impactado negativamente en la productividad del país y por ende en el crecimiento, aseveró.
Levy es considerado el padre del programa social Progresa Oportunidades y participó en el cuarto día de trabajos del Congreso Económico organizado por la Asociación Económica internacional, que por primera vez se realiza en la Ciudad de México.
Concentración del crédito, otra limitante
En su oportunidad, el subgobernador del Banxico validó las observaciones de Levy, y a manera de complemento, admitió que muchas de las grandes firmas que suelen ser los contribuyentes cautivos del sector público tienden a dirigir una alta proporción de sus operaciones en el sector informal, resultado de huecos legales.
Explicó que “se podría pensar que básicamente las grandes firmas operarían al 100% en el sector formal”, pero una gran mayoría de ellas tiene operaciones bajo esquemas que no pagan impuestos, argumentó.
El problema es que estas grandes firmas, que suelen operar de forma monopólica en su sector, concentran el financiamiento bancario. Es esta concentración del crédito para el desarrollo otro determinante del bajo crecimiento de la economía, enfatizó Ramos Francia.
El crédito bancario está altamente concentrado en empresas monopólicas, explicó, de segmentos de servicios como telecomunicaciones, restaurantes y otros servicios. Para ellos, incluso los costos de un crédito son mucho más bajos que para una empresa del sector agrícola, matizó.
El subgobernador del Banxico comentó que las grandes empresas, que sí suelen ser sujetas de crédito, o que han concentrado por años el acceso al financiamiento, suelen tener una alta proporción de sus empleados bajo esquemas de subcontratación.
Sobredependencia de EU
Luego tocó el turno a Gordon Hanson, investigador de la Universidad de San Diego y del NBER.
Él compartió las opiniones de Levy y de Ramos Francia, pero destacó dos elementos adicionales: la educación pública sometida al poder de un sindicato, lo que ha limitado su profesionalización y por ende capacidad de instrucción para los alumnos.
En la presentación explicó que hace 27 años, antes de la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), él trabajaba en el Colegio de México y estimaban que el país contaría con condiciones para convertirse en una segunda Corea, es decir, en una economía emergente pujante. Y sí, logró convertirse en una importante potencia manufacturera, aseveró, rebasando incluso a China, su principal competencia, pero de ningún modo se logró replicar el éxito manufacturero en otros sectores productivos, y terminaron por adaptar su modelo económico para recargarse en el comercio con Estados Unidos.
Lo anterior ha generado tal sobredependencia, lamentó, que el solo hecho de que un presidente poco amigable con México llegase al poder fue suficiente para generar toda clase de incertidumbre económica.
Con la renegociación del TLCAN en puerta, el investigador reconoce que México tiene una nueva oportunidad para cambiar las políticas que tienen limitado al sector servicios de beneficiarse del potencial del acuerdo tripartita, cambiar el enfoque de su comercio, para pasar de apostar todo a un solo país, para abrirse a todos con los que tiene acuerdos comerciales.