Reforma, Negocios, Verónica Gascón
A un año de la conformación del Consejo Nacional para el Fomento a la Inversión, el Empleo y el Crecimiento Económico, encabezado por Alfonso Romo, jefe de la Oficina de la Presidencia, sus objetivos se quedaron en el membrete y se profundizaron las fisuras entre el Gobierno y el sector privado.
A decir de los involucrados en dicho Consejo, hay un desgaste de la figura de Alfonso Romo y los empresarios han dejado de consultarle sus preocupaciones, ya que se ha demostrado que dejó de tener la influencia que observó al arranque del Gobierno.
De hecho, Romo ha sido una figura ausente en la crisis del Covid-19 y en el intercambio de planes y propuestas para reactivar la economía entre el Gobierno federal y el sector privado.
“Fue una figura decorativa desde el punto de vista político para tratar de dar una imagen de cercanía de los empresarios con el Gobierno federal, que no tuvo impacto alguno en las decisiones económicas.
“Alfonso (Romo) estuvo muy activo recibiendo a empresarios de todas partes de la República, pero que al final no puede tener impacto en las políticas públicas porque en la práctica estuvo atado de manos”, subrayó una fuente del sector privado que solicitó el anonimato.
El decreto por el cual se creó dicho Consejo se publicó en el Diario Oficial el 17 de mayo del 2019 y entre sus objetivos estaba promover la inversión y consolidar los esfuerzos entre los actores del desarrollo para originar y apoyar proyectos productivos. La idea era llegar a una tasa de crecimiento superior a la registrada en las últimas tres décadas.
El Consejo funcionaba como el enlace entre la Administración Pública Federal y los sectores económicos del País.
De hecho, según el decreto de su formación, al menos 30 integrantes de los sectores privado, empresarial, social y académico formarían parte del mismo.
Parecía que los objetivos de este Consejo, se cristalizaban en el anuncio del Plan de Inversión en Infraestructura que se hizo en noviembre del 2019, con una inversión de 42 mil millones de dólares. Sin embargo, parece que todo quedó en promesa.
José Manuel López Campos, presidente de la Confederación Nacional de Cámaras de Comercio, consideró que a través de este Consejo se construyeron los proyectos de inversión de infraestructura y los del sector energético.
En este mismo Consejo se realizaron las negociaciones para liberar el ducto de Texas-Tuxpan, en una negociación ríspida en la que estaba en juego el abasto de gas.
También se acordaron proyectos de inversión en turismo, vivienda y salud, que se esperaba que se dieran a conocer después del plan del sector energético, que cada vez parece más improbable.
Al mismo tiempo, con el Consejo se acompañaron las negociaciones finales para la ratificación del T-MEC.
“Sí ha tenido sus aportaciones en materia de interlocución con el sector empresarial, aunque en los últimos meses no se ha hablado de mayores inversiones por parte del sector privado”, afirmó el líder empresarial.
Con la crisis del Covid-19 se enconaron las posiciones del sector privado y el Gobierno cuando el Consejo Coordinador Empresarial, criticó el plan para paliar las dificultades económicas.
De hecho, Carlos Salazar, presidente del CCE, puso en duda que pueda continuarse con los planes de inversión en el sector energético.
“Las condiciones han cambiado totalmente, no es lo mismo invertir en petróleo cuando valía 50 a 60 dólares el barril, a invertir en petróleo cuando el barril está colocado a menos de 10 dólares. Esto hará que cualquier compañía tendrá que revisar cuáles son sus posibilidades y sus intereses para invertir en un sector como ese”, señaló Salazar.
El líder empresarial impulsa un Acuerdo Nacional para enfrentar la crisis por el Covid-19, en el que participarían gobernadores, legisladores, cúpulas empresariales, pero esto está fuera del marco del Consejo porque no se menciona a Romo como interlocutor.