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CÁMARA NACIONAL

DE LA INDUSTRIA TEXTIL

México: proveedor estratégico en la guerra que Trump lanzará

Vamos a la guerra esta semana
Lo grave de estas declaraciones de Trump, es el verdadero fondo o motivación, la cual se encuentra no en asuntos comerciales o económicos puros, sino en la estrategia de guerra, seguridad militar y de aspectos bélicos que ha venido instrumentando su gobierno.
No hay que ir muy lejos para entender el fondo de su posicionamiento y de reabrir nuevamente el tema del TLCAN con tanta fuerza. El presidente Trump con su tacto de elefante y quizá su preocupación ante lo inminente, aseguró que “el acero es crítico tanto para nuestra economía como para nuestro aparato militar y que esta no es un área donde podamos depender de países foráneos”.
El TLCAN
Lo cierto es que las negociaciones del TLCAN, como lo han pretendido encuadrar algunos analistas no transita por la esfera electoral, ni la de México, ni la de Estados Unidos. Independientemente de la tendencia que Jorge Castañeda asienta en sus análisis, en uno de sus artículos publicados por El Financiero, donde da cuenta de los procesos legales y políticos que se siguen en ambos países para modificar un acuerdo comercial, de lo que concluye es que este tema se irá hasta principios del 2019 cuando ya hayan terminado los procesos electorales en México y Estados Unidos.
Por otra parte, pone en perspectiva las razones y la ruta que pueden seguir las negociaciones en el TLCAN y con otros acuerdos comerciales, que estarán plenamente ligados al tema de la seguridad.
Como ejemplo y vuelvo a citar textualmente a Castañeda, quien asegura que dentro de las vías de negociación se debe ver “en todo caso, que una mayor cooperación quedaría sujeta a resultados concretos –y muy ulteriores– en seguridad. La otra vía, parecida a la que acaba de plantear Trump frente a China, es la inversa. Si Beijing arregla el tema de Corea del Norte, Estados Unidos negociará con mayor flexibilidad los asuntos comerciales; si no, no. México podría –y debería– hacer lo mismo. Por lo pronto, suspender partes o la totalidad de los esquemas de cooperación, hasta ver si se comprueba la buena voluntad estadounidense en el TLCAN; y a su vez si no se corrobora está última, no se reanudarán las primeras.
China y Corea de Norte
La realidad es que China no arregló el tema con Corea del Norte y la rigidez con ese país ha venido creciendo. De igual forma la tensión en otras latitudes está al rojo vivo, como en Chechenia, Siria, Afganistán y Venezuela entre otras naciones.
En esta lógica militar, es absolutamente imposible que Estados Unidos firme un acuerdo como el TPP (Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica), es decir con países que se encuentran en las regiones donde la situación bélica está a punto de estallar. 
Por otra parte, es lógico, como sucedió en el marco de la Segunda Guerra Mundial, que Estados Unidos garantice sus bienes y servicios de consumo para su población con parte de sus países aliados, como es el caso de México. Si se analiza el tema del acero vemos que este mercado tiene un fuerte componente asiático que genera una terrible inseguridad, sobre todo para la industria armamentista estadounidense.
Los movimientos diplomáticos previos a la guerra
Durante las últimas semanas, Estados Unidos ha desplegado una intensa actividad diplomática, se han reunido con el Rey Abdullah de Jordania, con una agenda dominada por el mortal ataque con armas químicas en Siria y la posibilidad de renovadas conversaciones de paz entre israelíes y palestinos.
Este mismo día, para hacer crecer la tensión, Corea del Norte lanzó un misil balístico de medio alcance desde su costa oriental, justo un día después, de la reunión con el presidente de China, Xi Jinping donde se abordaron dos temas fundamentales, los desafíos del régimen de Corea del Norte -aliado crítico de Beijing- y el delicado frente comercial internacional.
En el marco de esa visita, justo cuando se celebraba la cena entre los mandatarios chino y estadounidense, se anunció el bombardeo contra instalaciones del régimen sirio en respuesta al supuesto ataque con armas químicas sobre población civil.
El día 11 de abril, Trump se reunió con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg donde aprovecho para buscar su confianza al rectificar la opinión que había vertido sobre esta organización durante su campaña, de que era obsoleta. Ahora reconoció que no lo es.
Sin embargo, lanzó un fuerte ataque en contra de Alemania a quien acusó de no pagar por su seguridad a ese organismo y que los países integrantes lo deben de hacer.
Una semana después del ataque, el secretario de Estado, Rex Tillerson fue a Moscú para reunirse con el Ministro del Exterior, Serguéi Lavrov. El resultado de la reunión fue el de investigar quién ordenó el ataque con armas químicas y tratar de continuar con las negociaciones. Sin embargo, el Secretario de Estado Tillerson, admitió que la relación Rusia-Estados Unidos se encuentra en sus niveles más bajos de confianza. 
Los juegos de guerra
Dos días después de esta reunión, Estados Unidos lanzó en Afganistán la que considera su bomba no nuclear más potente, la segunda en peligrosidad después de la atómica. Este ataque, que fue confirmado por el gobierno afgano, donde tocó sólo a miembros del Estado Islámico y dañó un importante arsenal de armas pesadas y ligeras. 
Después de estas visitas diplomáticas y acomodos comerciales, en los últimos días lo que se ha visto, es la alineación de las fuerzas armadas de varios países en posición de guerra.
Por su lado, Rusia envío fragatas con misiles, crucero al Mediterráneo con la intención de reforzar las defensas aéreas de Siria después del ataque de Estados Unidos y; apenas hace tres días se detectó que Rusia envió, dos bombarderos estratégicos cerca de las costas de Alaska. Según The New York Times, es la primera vez desde que asumió Donald Trump que Moscú envía a sus aviones de guerra tan cerca de territorio norteamericano. 
Estados Unidos envío su portaaviones nuclear USS Carl Vinson (CVN-70) y a su grupo de ataque que llegará al mar del Este el 25 de abril para contener las provocaciones de Corea del Norte. La intención es, supuestamente, realizar ejercicios militares en conjunto con Corea del Sur a lo que Corea del Norte declaro: “lo hundiremos de un solo golpe”.
Japón, que había reclamado en una primera instancia la falta de contundencia de Estados Unidos después de las pruebas nucleares que hace Corea del Norte, decidió unirse a las pruebas que realizará el portaaviones nuclear USS Carl Vinson y envía una flota de apoyo y su grupo de ataque en las maniobras.
Rusia
En tanto que la cereza del pastel la pone el embajador de Rusia en Pyongyang, Alexander Matsegóra al considerar que es muy alta la posibilidad de que Corea del Norte realice una serie de ensayos nucleares el 25 de abril, justo el día que llega el portaaviones estadounidense, para celebración del 85 aniversario de la creación del Ejército Popular de Corea.
Finalmente, como se reporta en varias publicaciones, la seguridad nacional de Panamá reportó el paso de submarinos nucleares y fragatas de Estados Unidos por el Canal rumbo a Asia.
¿Cómo juega México?
Bajo este escenario, suena lógico que las negociaciones del TLCAN no se resuelvan en las próximas dos semanas. Tampoco que sean un factor electoral, ni en Estados Unidos, ni en México y que la orientación de nuestro comercio y de negociaciones naturales se va establecer y fortalecer, sobre todo en un sentido regional.
Esta semana comenzará la guerra, México será el proveedor vía las maquiladoras, no hay de otra, ya lo entendió Trump.

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