La Jornada. Ciudad de México. El subsecretario de industria y comercio de la Secretaría de Economía (SE), Rogelio Garza, reconoció que el gobierno mexicano no han tenido respuesta positiva con Estados Unidos sobre la imposición de 25 por ciento de aranceles al acero y 10 por ciento al aluminio, por lo que reiteró que en lo que resta de la actual administración no se descansará hasta lograrlo.
En entrevista tras participar en el Primer Foro del Aluminio, el funcionario recalcó que las exportaciones de acero y aluminio no son una amenaza para la seguridad nacional de la Unión Americana, por lo que las autoridades aún negocian el retiro las medidas impuestas desde mayo pasado.
Dijo que a pesar de las reuniones que se han realizado con sus contrapartes estadunidenses, no se ha logrado un resultado positivo con Estados Unidos, mientras que con Canadá, que impuso un mecanismo por una investigación de daño, tampoco.
Sobre la investigación bajo la Sección 232 de la Ley de Expansión Comercial que se sigue a la importación de vehículos ensamblados en México, comentó que aún no se tiene conocimiento si ya concluyó como aseguró más temprano en el mismo foro Eduardo Solís, presidente de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA).
En ese tenor, recordó que durante la negociación del Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, logró una carta paralela que sólo entrará en vigor si Estados Unidos continúa con la imposición de aranceles a los vehículos importados.
Dicha salvaguarda permite exportar 2.6 millones de vehículos ligeros libres de aranceles de México hacia Estados Unidos, mientras que las pick ups quedan totalmente excluidas.
Ante el reclamo de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin) que demanda ayuda al gobierno federal para revertir el daño a la industria siderúrgica, Garza contestó que es preciso analizar el tema y no se piensa responder con medidas espejo. Recordó que México ya ha impuesto aranceles en respuesta a la decisión de Washington, pero en ese caso aplica a 50 fracciones de acero y otros productos como cerdo, con el fin de revertir el daño por 3 mil millones de dólares.