Reforma, Negocios / Capitanes, Redacción
Tras el primer encuentro que sostuvieron con Manuel Bartlett, mandamás de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), los representantes de empresas que construyeron gasoductos y transportan gas natural no han vuelto a tener noticias.
Mientras en el discurso Bartlett se muestra duro e inflexible, en su equipo cercano están sudando la gota gorda por ver cómo garantizar el abasto de combustible.
En su último encuentro con medios, Bartlett incluso amenazó con cancelar los contratos. Nada más lejano a la realidad, pues a estas alturas ya se dieron cuenta de que los problemas no sólo están en los ductos en construcción, sino también en otros cuyo suministro depende de Pemex, donde despacha como director Octavio Romero.
Es el caso del gasoducto Mayakán, diseñado para llevar 240 millones de pies cúbicos diarios, pero que apenas entrega 45 millones, lo que pone en jaque al sistema eléctrico en el Sureste del País, sobre todo porque el gasoducto marino que podría aliviar el suministro no tiene fecha de entrada.
Así, los técnicos de la Comisión Federal de Electricidad están haciendo changuitos para evitar que la demanda del verano no les juegue una mala pasada y no ocurran apagones como el año pasado.
