Heraldo de México, Tendencias, Luisa Franco.
Desde hace 35 años, “Edmundo” es comerciante de ropa en el Mercado del Oro, sin embargo, el 3 de agosto fue un día especial en la historia de su negocio, ya que su hijo, por primera vez, estuvo a cargo del puesto familiar.
“Mi papá lleva en este tianguis desde hace más de tres décadas. Él fue de los pioneros en vender jeans Levi’s, los cuales, en la época de los 80, eran difíciles de conseguir en el país. Lo que se hacía era negociar con ‘distribuidores’ para comprar grandes cantidades a precio ‘especial’ y así poder venderlos no tan caros, pero lo suficiente para que saliera la ganancia”, explicó el hijo de “Edmundo”, Juan, quien aseguró que, con la venta de jeans en el tianguis, su familia ha tenido la oportunidad de alcanzar metas.
En el pasado, las personas visitaban los tianguis que se ubicaban en las colonias más populares para encontrar ropa a menor costo o que proviniera de otros países, pero ahora, estos se encuentran en zonas chic como las colonias Roma, Juárez y San Rafael, y los precios siguen siendo bajos.
Aquí el consumidor puede armar un outift de tres piezas con menos de 360 pesos, pero el vendedor no pierde, pues la ganancia por estas prendas es casi 100 veces mayor a lo que ellos la adquieren, ya que la paca de ropa con 100 piezas la pueden comprar desde 800 pesos y cada prenda la venden a partir de 20 pesos en adelante.
“Yo he gastado desde 50 hasta 300 pesos. Intento venir cada semana porque me gustan las cosas y la comida de aquí (mercado de Sullivan). No me da miedo, pero sí hay que andar alerta de que no te vayan a bolsear”, comentó Patricio Álvarez Burke cliente del tianguis, quien aún sabiendo las recomendaciones de salubridad sobre lo anti higiénico que puede ser la ropa de segunda mano, aseguró que estas prendas son especiales, y es difícil encontrar dos iguales. “Hay que lavarla, secarla al sol antes de usarla y listo”.
Desde la época de los 80, en México gran parte de la ropa que conforman los paquetes de las pacas proviene de EU, bajo un proceso popularmente conocido como fayuca.
Estos paquetes están conformados por prendas de outlet que vienen con defectos de fábrica, y con ropa usada, de las que se desconoce su procedencia.
Sumado a esto, se han dado a conocer casos en los que la ropa de segunda mano que llega a México está ligada con fraudes , ya que algunas prendas que se venden originalmente deberían ir a donaciones.
En 2016, un medio de comunicación estadounidense dio a conocer a la fundación Planet Aid, que aseguraba recolectar ropa y zapatos en buen estado para enviarla a África , sin embargo, la mayoría de la ropa la vendía en pacas.
Entre los famosos gritos de: pásele, pásele, marchanta, chécale, carnal y pregunte sin compromiso cientos de personas atraviesan los mercados, ya sea para pasar el rato o comprar algún artículo que llame su atención.
“En el caso de nuestro puesto de ropa vintage, la mayoría de nuestra mercancía la conseguimos en tianguis de colonias populares. Me gusta pensar que son tesoros que rescatamos”, dijo Juan, quien ofrece su mercancía por Instagram.
Los comerciantes como él, al igual que otros de sus compañeros, ven en esto un negocio familiar en el que han trabajado desde pequeños, ya sea llamando a los clientes, acomodando la ropa o cuidando la mercancía, ya que ellos también están expuestos a ser robados.
“Yo había ido por unos tacos y mi prima se quedó en el puesto, en eso, llegó una persona a hacerle plática, como para distraerla, y cuando menos se dio cuenta ya se habían llevado una maleta de ropa con aproximadamente 5 mil pesos de mercancía en playeras tipo polo”, platicó Sandra, otra de las vendedoras.
“Toda la mercancía la tengo colgada, así es más difícil que te roben”, aseguró la también dueña del puesto.
Recientemente, el Servicio de Administración Tributaria (SAT), dio a conocer que durante los primeros seis meses de este año, se decomisó más de 129 toneladas de ropa usada en la frontera que, de haber sido comercializada, en este tipo de mercados, alcanzaría un valor comercial de más de 19.4 millones de pesos. Sumado a esto, este aseguramiento infringió otra ley, la de omisión de impuestos.
Tan sólo el mes pasado, en una de las principales entradas a la CDMX, se aseguraron 48.5 toneladas de ropa de paca, por supuesto, no contaba con permisos ni la reglamentación necesaria.