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CÁMARA NACIONAL

DE LA INDUSTRIA TEXTIL

Ildefonso, la negociación

La negociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte pasará, forzosamente, por las reglas de origen.

Ildefonso Guajardo, titular de la Secretaría de Economía, y a quien le toca negociar el acuerdo comercial, lo tiene claro: las reglas de origen son un tema sensible para la administración Trump.

CON ROSS O CON USTR

Guajardo va diseñando la estrategia comercial, incluso sin saber todavía quién podría ser su contraparte para estos temas, pues la Casa Blanca negocia acuerdos comerciales a través de la Representación Comercial, la USTR (Carla Hills fue la representante comercial de la Casa Blanca y fue la negociadora del acuerdo comercial). Sin embargo, Donald Trump ha dicho que su negociador en jefe va a ser Wilbur Ross, el secretario de Comercio.

Estas son las complicaciones que se tendrán para renegociar el acuerdo comercial: el equipo de Trump no tiene mucha experiencia, pues no está utilizando a quienes conocen el tema, los de la Representación Comercial de la Casa Blanca.

VIENEN REGLAS DE ORIGEN

El lado mexicano se prepara. Guajardo ve en el sector privado un aliado.

El Consejo Coordinador Empresarial, que preside Juan Pablo Castañón, ha levantado el “cuarto de al lado”, donde sí están empresarios, no ejecutivos. De ahí han salido propuestas de negociación, donde la más cercana sí tiene que ver con las reglas de origen. El tema es delicado.

Trump y sus asesores quieren más reglas de origen. Les causa enojo que haya importaciones asiáticas, chinas sobre todo, que funcionen como insumos intermedios y el producto final no sea sólo de la región.

El problema de las reglas de origen es aumentarlas demasiado, porque entonces se encarecerán los productos. Sí pueden subirse los contenidos regionales, pero también aprovechar los insumos importados más económicos de otras partes del mundo.

VIENEN SALARIOS

El otro gran tema en la negociación del Nafta o TLCAN son los salarios.

México tiene muy bajos salarios (de ahí la necesidad de ir elevando los salarios mínimos). Y, desde luego, las remuneraciones tienen que ir frenando su brecha con las obtenidas por los trabajadores estadunidenses. No se trata de tener en el salario bajo una ventaja comparativa, porque no lo es: un salario bajo es un despropósito para fortalecer el consumo interno y en términos de equidad social.

Sin embargo, y con excepción de los salarios mínimos, las demás percepciones tampoco pueden elevarse por decreto. Tienen que ir de la mano de la productividad.

Es un hecho: Trump y su administración tratarán de meter un acuerdo paralelo laboral y puede ser una oportunidad para que México vaya mejorando el salario mínimo (es indispensable hacerlo) y el salario promedio vía la productividad.

Como vemos, Guajardo está más activo que nunca. Está armando la negociación de la mano del empresariado, del propio gobierno y de los distintos sectores.

Los negociadores mexicanos serán, para el acuerdo comercial, el secretario de Economía, Guajardo, y para los temas diplomáticos y de migración, el canciller Luis Videgaray. Y se lo están tomando en serio.

BANXICO, CONFORME EXPECTATIVAS

El Banco de México sí fue congruente con su mandato constitucional: preservar el valor adquisitivo de la moneda.

Y después de haber visto la elevada inflación de enero, provocada por el gasolinazo y el dólar caro por Trump, tuvo que elevar las tasas de interés.

La inflación de enero salió elevadísima, 1.70%, la más alta en los últimos 18 años. Incluso la anual fue de 4.72 por ciento. De ahí que el Banco de México utilice su principal herramienta para bajar la inflación, la política monetaria, es decir, mover al alza las tasas de interés.

Así, la tasa de interés de referencia se movió por cuarta ocasión, al pasar de 5.75 a 6.25 por ciento. La señal del banco central es clara: quiere bajar la inflación para fortalecer el valor de la moneda. Ese es su mandato constitucional, aunque, claro, tenga costos.

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