Reconversión de la industria textil y vinculación entre fabricantes y abastecedores de insumos para la salud.
El Ing. Manuel Espinosa Maurer tiene 22 años dentro de la industria textil. Además de ser el presidente de la Cámara Nacional de la Industria Textil (CANAINTEX) tiene una fábrica que se dedica a la producción de hilo de algodón peinado de anillo, Espintex S.A. de C.V., que se ubica en Huejotzingo, Puebla, México.
Sus inicios en la CANAINTEX se dieron hace 6 años cuando fue invitado por Alfonso Juan Ayub, quien en ese entonces era presidente de la Cámara, a formar parte de su Consejo.
Espinosa Maurer tomó protesta como presidente de CANAINTEX poco antes de que se declarara la pandemia en México, el 5 de marzo de este año. “En estos seis meses al frente de la Cámara todos nuestros planes cambiaron; algunos tan sencillos como estar en reuniones presenciales, donde las sinergias que se generan enriquecen el trabajo en equipo, se suspendieron. Y entramos al mundo virtual que no muchos conocíamos. Ha sido todo un reto y a la vez un aprendizaje”, señala Espinosa y añade que el coronavirus no solo trajo el paro de las plantas, la suspensión de la producción y las ventas, también la suspensión de pedidos y pagos, resultando en una situación realmente complicada para la industria textil. Esto aunado a los problemas que ya se tenían en la industria y que no pararon por la pandemia como el contrabando, la ilegalidad, el abuso de los programas sectoriales, entre otros.
Para platicar sobre el papel que está jugando CANAINTEX en el contexto de la pandemia, así como acerca del futuro de la industria textil mexicana, concedió una entrevista exclusiva a Textiles Panamericanos.
TP: ¿Cuál es la situación actual de la industria textil nacional?
Espinosa: Como el semáforo de la pandemia está en un color distinto en los estados del país, no todos han podido arrancar y en varias entidades solo se permite el 30% de la producción.
Muchas de las empresas apenas están tratando de conseguir fondos para reiniciar operaciones.
La mayoría no han podido arrancar, algunos no han cerrado sus empresas, pero otros sí lo han hecho.
TP: ¿Qué porcentaje de la producción textil se volcó a la fabricación de insumos médicos?
Espinosa: Un 10% de los fabricantes de textiles del país se dedicaban desde antes de la pandemia a hacer cubrebocas, batas para doctores, sábanas para hospitales y otros textiles para el sector de la salud. Como la demanda de estos insumos se incrementó dramáticamente, vimos la posibilidad de que ciertas fábricas reconvirtieran su producción a insumos médicos, lo que podría llegar a ser un 30% más de empresas. En un principio recibimos una negativa de parte de las autoridades a esta reconversión pero finalmente lo conseguimos, aunque la respuesta fue más tardada de lo que esperá- bamos y eso nos afectó negativamente. Por otra parte, luchamos porque la producción de los insumos fuera nacional para evitar los fraudes que tuvimos al inicio de la pandemia en las importaciones de productos de China por ejemplo que eran “fake”. Eso es justo algo que hemos aprendido con esta situación: la importancia del abasto nacional y una respuesta rápida ante las crisis.
Creemos que ante la demanda creciente de textiles para la salud, su producción va a continuar por un largo periodo. Incuso se hecho exportaciones de insumos textiles para el sector médico a E.U. como batas para doctores.
CANAINTEX ha jugado un papel importante en la reconversión de la producción de las fábricas textiles a insumos médicos a través de la vinculación entre tiendas de conveniencia y los fabricantes. En iniciativas como el proyecto “Juntos por la salud”, del banco BBVA para la donación de equipo de protección para personal de la salud, nosotros como Cámara los conectamos con los fabricantes de estos equipos.
TP: ¿De qué manera afectó o benefició el cierre de los mercados textiles asiáticos a la industria textil de México?
Espinosa: En un principio el cierre de China y la ruptura de la cadena de suministro provocaron faltantes en el mercado, principalmente en el americano, en algunos productos como prendas de vestir. Pero China se recuperó rápido y regresaron pronto al mercado, ya que son líderes en el combate a las pandemias, sin embargo, E.U. está muy interesado en fortalecer a la industria textil en este hemisferio, lo cual favorece a México.
Por otra parte, a nuestro país le está afectando más el desarrollo de Vietnam, que China, pues el gigante asiático ya no es un proveedor tan barato, aunque son buenos productores.
Muchas de las empresas americanas transnacionales de ropa deportiva por ejemplo, concentran el 80% de sus necesidades en Asia y el 20% en México, pero han hablado de aumentar el porcentaje al 50% en nuestro país. Si eso sucediera no nos daríamos abasto, claro que para que eso pase tiene que haber certidumbre de que vamos a cuidar las inversiones que hagan aquí.
México ha tenido sus oportunidades y tenemos un mercado interno importante que tenemos que cuidar porque es el que más se ha visto afectado con la pandemia. Nuestra industria nacional es competitiva, sin embargo, no podemos competir contra la subvaluación y el contrabando.
TP: La entrada en vigor del T-MEC en medio de la pandemia ¿beneficia a la industria textil mexicana y de qué manera?
Espinosa: Es muy importante que el T-MEC se haya firmado sobre todo por el tema energético y porque ciertos temores que existían se han disipado, sin embargo, apenas se acaba de firmar, entonces el efecto todavía no lo sentimos.
Sin duda representa un fortalecimiento del bloque y con el mercado de E.U. y el que tenemos en México, si combatimos los problemas que tenemos, la industria textil podría llegar a revivir.
TP: ¿Ha habido apoyos por parte del gobierno a la industria textil en esta pandemia?
Espinosa: No ha habido apoyo del gobierno al sector textil. Hemos solicitado créditos a la banca de desarrollo, diferimientos en los pagos de impuestos cuando estábamos en paro, la reactivación de pagos de las cadenas comerciales, la suspensión de importación temporal de prenda terminada que consideramos que no tiene ninguna razón de ser y es una puerta a la ilegalidad y el contrabando, pero nada de eso se ha dado, aunque aún esperamos lograrlo. También pedimos darle prioridad a lo hecho en México, pero no tampoco se ha dado.
TP: ¿En qué deberán prepararse los fabricantes textiles para enfrentar los retos que enfrentan?
Espinosa: Quienes somos fabricantes sabemos que no podemos salir solos de esta situación, tenemos que ir de la mano con la banca de desarrollo, tenemos que tener acceso al crédito para poder conseguir recursos. También es momento de cuidar mucho los flujos, no dedicarse al volumen, sino cuidar la caja porque con todo esto los ciclos variaron y no sabemos cómo se va a presentar la demanda. Si es necesario disminuir la producción hay que hacerlo para no tener problemas para pagar la nómina y cumplir con los compromisos. Y hay que cuidar mucho los protocolos de seguridad e higiene para evitar los contagios por Covid-19 dentro de las plantas e invertir en la santización y los cubrebocas, que en la industria textil es algo que ya se daba desde antes.
Para cerrar la entrevista Manuel Espinosa comenta que la industria textil mexicana es una industria viva, competitiva y moderna en la cual se ha invertido mucho. Representa el 10% del PIB manufacturero, emplea a un millón trescientos mil trabajadores, de los cuales el 70% son mujeres. Es una industria que puede competir a piso parejo pero no puede competir contra la ilegalidad. Todos los que la intregramos tenemos la firme intención de continuar creciendo y vamos a seguir luchando por combatir los problemas que la afectan, porque es una industria con muchas posibilidades a pesar del momento complicado que estamos viviendo.