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Algo muy raro debió suceder al interior del Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) para que Gustavo Villa, director de Operación y Planeación del organismo, haya firmado el Acuerdo para garantizar la eficiencia, Calidad, Confiabilidad, Continuidad y seguridad del Sistema Eléctrico Nacional, publicado la semana pasada y que tantas protestas ha generado.
Y es que en los antecedentes del ingeniero Villa, con amplia experiencia en la operación de mercados eléctricos, está la aplicación rigurosa de manuales y reglas de despacho económico que definen que las centrales eléctricas de menor costo son las primeras en entrar a generar.
Por ello, el hecho de que su firma aparezca en el Acuerdo que de facto privilegia la entrada de generación cara y contaminante, como la de carbón o combustóleo, sorprendió a muchos.
Bajo las reglas anteriores, las primeras centrales en entrar a operación eran precisamente la nuclear y renovables, por sus bajos costos de generación, seguidas de gas natural y ya en la cola, las de combustóleo y diesel.
Otra cosa que llamó la atención es que se responsabilice a las renovables de los apagones del Sureste el año pasado, cuando en sus propios informes de gestión el Cenace advierte que el mayor número de fallas están asociados a la falta de capacidad en las líneas de transmisión.