Nueva York, Estados Unidos (28 febrero 2018).- México aplicará aranceles de represalia a los productos estadounidenses si el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lo incluye en una lista de países que enfrentarían aranceles al acero, según una persona cercana a la posición del País.
El Secretario de Economía de México, Ildefonso Guajardo, tiene previsto discutir el tema con el Secretario de Comercio de Estados Unidos, Wilbur Ross, en una reunión en Washington este miércoles, según la persona, que pidió mantener el anonimato porque la reunión es privada.
Una disputa sobre camiones en el 2009, cuando México impuso aranceles de represalia a aproximadamente 90 productos estadounidenses por un total de 2 mil 400 millones de dólares en exportaciones anuales, sirve como ejemplo de lo que México puede hacer, dijo la fuente.
En el 2009, México tomó medidas de represalia en respuesta a la negativa de Estados Unidos de implementar un plan de transporte transfronterizo acordado en virtud del TLC. Eso contribuyó a un declive del 26 por ciento con respecto al año anterior de las exportaciones agrícolas estadounidenses a México y afectó a productos como vino, anteojos de sol, dentífrico, cerdo, manzanas, cebollas, salsa de soya y agua mineral.
México acordó reducir los aranceles en el 2011 luego de que el Presidente Barack Obama se comprometió a poner fin a la prohibición de los camiones mexicanos en Estados Unidos.
La amenaza de represalias en esta ocasión responde a una recomendación del Departamento de Comercio de Estados Unidos. formulada en enero para que el Gobierno de Trump imponga aranceles o cuotas a las importaciones de aluminio y acero.
El riesgo de una guerra comercial aparece cuando los negociadores de los dos países y Canadá se reúnen para actualizar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, que ya lleva 24 años, antes de que la campaña electoral mexicana se acalore.
Trump ha dicho a sus confidentes que quiere imponer los aranceles más duros recomendados por el Departamento de Comercio, según tres personas al tanto del asunto.
Agregó que quiere aplicar un arancel global de 24 por ciento sobre las importaciones de acero, la más severa de las tres opciones que se le presentaron en enero. Se dice que Trump favorece los más rígidos aranceles estadounidenses al acero y el aluminio.
El Mandatario también está considerando un arancel de hasta un 10 por ciento para todo el aluminio que ingrese a Estados Unidos, lo que sería más de 2.5 puntos porcentuales mayor que las recomendaciones más duras del Departamento de Comercio. El proceso está en curso, dijeron funcionarios de la Casa Blanca la semana pasada.
Los aranceles sobre tales productos básicos ampliamente utilizados podrían elevar los precios de todo tipo de bienes, desde automóviles hasta latas de cerveza. Algunos analistas políticos y economistas han especulado que el presidente adoptaría un enfoque selectivo a ese respecto, y está bajo la presión de los miembros de su Partido Republicano para que se abstenga de tomar medidas que puedan irritar a otros países e interrumpir las cadenas de suministro.
En las conversaciones del TLC, cuestiones espinosas como las reglas de contenido para los automóviles siguen sin resolverse mientras los equipos de los tres países se reúnen hasta el 5 de marzo en la Ciudad de México para la séptima ronda de negociaciones.
Cuando las tratativas comenzaron hace seis meses, los políticos expresaron su optimismo de que se podría llegar a un acuerdo para fines del 2017.
Más tarde postergaron la meta a marzo, un plazo que ahora parece casi imposible. Estados Unidos se ha quejado de que el avance de sus demandas es demasiado lento y Trump ha amenazado con abandonar el pacto.