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Boris Johnson cayó en su propia trampa y el Parlamento quedó suspendido

Yahoo Noticias, Noticias, Luisa Corradini

PARÍS.- Es la crónica de la mayor cantidad de fracasos de un primer ministro británico en la historia moderna: el Parlamento rechazó esta noche por segunda vez la solicitud de Boris Johnson de organizar elecciones anticipadas, la reina Isabel II lo obligó a pedir una postergación del Brexit a la Unión Europea (UE) y a evitar una salida sin acuerdo (no deal) y perdió el control de la agenda parlamentaria por su propia decisión de suspender las sesiones hasta el 14 de octubre.

En dos votaciones suplementarias, la Cámara de los Comunes le exigió divulgar las comunicaciones internas del gobierno sobre el no deal desde que asumió el poder y ratificó la obligación de los ministros de respetar el Estado de Derecho.

“La proposición de ley sobre el retiro de la UE recibió el asentimiento real”, anunció la Cámara alta británica en Twitter. La aprobación de la reina Isabel era la etapa necesaria para que entrara en vigor ese texto, cuyo objetivo es impedir una salida sin acuerdo del bloque. La firma de la soberana no obliga, sin embargo, a la UE a aceptar esa prórroga.

Johnson insistió en que no va a pedir la prórroga a pesar de la ley que lo obliga. El 5 de septiembre, había afirmado que prefería “estar muerto en una zanja” antes que solicitar esa postergación. El primer ministro reafirmó su intención de concluir un nuevo acuerdo con Bruselas en ocasión de la cumbre del bloque del 18 de octubre y prometió “no dejarse intimidar” por los parlamentarios que tratan de impedir una ruptura sin acuerdo.

“Creo que lo que desea el pueblo británico es concluir un acuerdo y partir el 31 de octubre”, insistió durante una fugaz visita a Dublín. Sin embargo, según el primer ministro irlandés, Leo Varadkar, hasta el momento Londres no ha presentado “ninguna alternativa realista” al backstop, esa red de seguridad entre las dos Irlandas para evitar el retorno de una frontera física, que Boris Johnson y los ultra-Brexit quieren hacer desaparecer del acuerdo de salida.

La única forma que tiene ahora Johnson para escapar de la trampa en la que él mismo se colocó es obtener un nuevo acuerdo con la UE. Pero esto parece casi imposible después de sus algaradas contra el backstop. También corre el riesgo de provocar una rebelión entre los diputados conservadores pro-Brexit si vuelve de Bruselas con un texto que se parezca remotamente al obtenido por su antecesora Theresa May.

Acorralado, Johnson y sus ya célebres consejeros -en particular el detestado Dominic Cummings- no habrían tenido mejor idea que tratar de evitar la ley, enviando una primera carta a la UE para solicitar la postergación del Brexit, como lo requiere la norma votada por el Parlamento y ratificada ayer por la soberana e, inmediatamente después, una segunda misiva afirmando que el gobierno de Gran Bretaña no quiere esa prórroga.

La idea detrás de esa portentosa estratagema es decirles a los 27 países del bloque: “La verdad es que nuestra intención de ahora en más es ser absolutamente insoportables e intratables”, con la esperanza de que la UE diga: “Entonces ninguna postergación. Vamos a un no deal”.

Pero las cosas no son tan simples, porque, no bien trascendió la información, lord Sumption, exjuez de la Corte Suprema, advirtió al gobierno que se trataría de un acto “ilegal”.

Batalla política

Johnson cayó, en realidad, dos veces en su propia trampa. Esta noche, después que los Comunes rechazaron por segunda vez su solicitud de convocar a elecciones anticipadas, la Cámara entró en receso, como él mismo lo decidió a fin de no dejar tiempo a los diputados de impedir un no deal antes de la fecha fijada, el 31 de octubre.

En una de las batallas jurídico-parlamentarias más apasionantes en la historia de una democracia contemporánea, Johnson había perdido la primera etapa la semana pasada cuando, indignados por esa decisión, 21 diputados de su partido votaron contra su primer pedido de elecciones anticipadas para el 15 de octubre, que le hubieran permitido, con una nueva mayoría, lanzar al país a un no deal.

Ayer, al rechazar esa opción por segunda vez y entrar inmediatamente en receso, la Cámara impidió a Johnson solicitar esas elecciones por tercera vez antes que termine la suspensión parlamentaria, a partir del 14 de octubre. En otras palabras, si fueran aceptados en ese momento por los Comunes, los comicios no podrán efectuarse antes de noviembre, por lo menos. O sea, mucho después del plazo fijado para organizar un no deal.

El gobierno acusa a Jeremy Corbyn de negarle al pueblo británico el derecho de expresarse y argumenta que el líder de la oposición laborista debería aprovechar la oportunidad de buscar que lo elijan primer ministro si quiere postergar el Brexit.

Según un sondeo de YouGov publicado anteayer, en caso de elecciones anticipadas, el Partido Conservador llegaría primero, con 35% de los votos, es decir, con 14 puntos de ventaja sobre el laborismo. Otras encuestas dan resultados más apretados, pero los tories siempre se ubican primeros.

A esa acusación, Corbyn respondió que encuentra “extraordinario” que Johnson, habiendo “perdido cada voto que presentó en los Comunes en escasos días”, le diga al país que piensa desafiar al Parlamento.

Por su parte, los liberaldemócratas (LibDem) anunciaron esta noche su intención de presentarse a esas elecciones como el partido más pro-europeo de Gran Bretaña. “Nuestro gobierno no renegociará el Brexit. Lo cancelaremos revocando el artículo 50 y permaneceremos en la Unión Europea”, declaró Jo Swinson, líder de la formación.

La jornada de ayer también estuvo marcada por el anuncio del carismático John Bercow de su intención de renunciar al puesto de presidente de la Cámara, que ejerce desde hace diez años, a más tardar el 31 de octubre (ver aparte). Tras 22 años de presencia en Westminster, en estos últimos meses Bercow fue regularmente acusado de parcialidad por los partidarios del Brexit. También se opuso vigorosamente a Boris Johnson la semana pasada, calificando la decisión de suspender el Parlamento por cinco semanas de “escándalo constitucional”.

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