Es muy probable que la negociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA, por sus siglas en inglés) concluya con un acuerdo en abril. Y la razón de esto no obedece al deadline que impone la aplicación unilateral de tarifas al acero y aluminio que, según Trump, eliminará todo trato excepcional a partir del 1º de mayo, sino a la convicción política que hoy tiene el primer mandatario de Estados Unidos de concluir el acuerdo antes de que la elección en México nos alcance.
Lo pragmático surgió, pues los equipos técnicos han seguido avanzando en la revisión puntual del texto de los 30 capítulos del nuevo TLCAN (NAFTA), desde la conclusión de la Séptima Ronda en México han estado precedidas por reuniones ministeriales no “agendadas” como parte formal de la negociación.
Primero fue Chrystia Freeland, la ministra canadiense, y luego el secretario Ildefonso Guajardo, quienes se reunieron con el negociador estadunidense, Robert Lighthizer, y con el secretario de Comercio, Wilbur Ross en Washigton, en bilaterales que tuvieron por objetivo acordar los términos de acuerdos básicos para los temas ríspidos, y en todos los casos, incluyendo el capítulo 11, Sunset Clause, Reglas de Origen en Manufactura, estacionalidad agrícola, revisión de BTL textiles, obstáculos técnicos al comercio y solución de controversias, capítulo 19 y 20.
En estas pláticas, efectuadas previo a la Semana Santa que hoy comienza, buscan tener un nuevo borrador sobre los temas difíciles para ponerlos en la mesa el 8 de abril, día tentativo fijado para la Octava Ronda de negociaciones en Washington D.C., que tendrá un componente adicional: Habrá reunión de ministros, no de una mañana, sino de negociación permanente para cerrar acuerdos.
En el caso de reglas de origen del sector automotriz, hay incertidumbre en los representantes de la AMIA, que preside Eduardo Solís, porque él recibe órdenes de los mandamás de México y no tiene conocimiento real de la propuesta que se está discutiendo sobre el tema.
No obstante, la discusión ha salido de las filiales en México y se ha ido a Estados Unidos, porque no se está trabajando con los directivos de las empresas con operaciones en Norteamérica (México, Estados Unidos y Canadá) y, para el caso de México, se ha centrado de forma importante en las condiciones de sindicalización y contratación de la mano de obra, tema que no se ha reflejado hacia fuera.
En cuanto a la negociación de reglas de origen, lo que cambia es particularmente una cláusula que ha permitido durante la vigencia del NAFTA el tasar con cero arancel las partes automotrices incorporadas en el proceso de producción, pero no incluidas en la lista original de aranceles, lo que subraya que el acuerdo tendrá características que bien podrían incorporar alguna clase de texto general y crear un sistema de monitoreo y vigilancia del cumplimiento arancelario y aduanal para que todo el valor de un vehículo que pasa por las fronteras de los tres países tenga cero arancel, pero si proviene de otro país, tenga el arancel global de la OMC o de los tratados suscritos.
Por ello, en el CTPP11 que está por enviar el presidente Peña al Senado, reglas de origen en manufactura automotriz se mantuvo con una excepción impulsada por Canadá.
En el caso de BTL en industria textil, son cerca de 200 aranceles en juego para igual número de ítems, de manera que la solución encontrada es aduanal y fiscal para todas las partes involucradas, porque el sistema de preferencias de nada sirve cuando la triangulación se ha convertido en el sistema por el que optan países como Malasia o Vietnam, de ahí la reacción que ha tenido la Cámara Textil-Vestido.
Y finalmente, en el tema de inversiones y disputa de controversias, los más preocupados ahora con los concesionarios NAFTA, porque la modernización del acuerdo puede permitir la modificación de fondo de concesiones que se mantienen como “intocables” si se les cambia por razones de interés económico-estratégico en el país, alguna parte de esa concesión, y si no pregunten a Kansas City Southern o al Tren Santa Fe, socio de GMéxico.
De Fondos a Fondo
#AINDA-PROESA… Apenas la semana pasada le comenté de la colocación del Certificado de Capital de Desarrollo de Ainda, Energía & Infraestructura, el grupo de José Pablo Rinkenbach, que colocó un CKD en la Bolsa Mexicana de Valores que levantó cuatro mil 400 millones de pesos de Serie A y ocho mil 500 millones de pesos para la serie B con duración de 15 años.
Pues la noticia es que el Grupo Proeza, que encabeza Enrique Zambrano, se suma a Ainda Energía para llevar a cabo una ampliación de capital a través de su división Proeza Ventures, que destaca por su orientación, prestigio y especialidad al traducirse en buenos resultados.
La suscripción es por el 22% del capital social, lo que le permitirá a este grupo ser un actor muy relevante en los sectores de energía e infraestructura, y dado su track record y el de don Enrique Zambrano, contribuirá con mejores prácticas de gobierno corporativo y colaborará en el fortalecimiento de relaciones de negocio sustentables, al sumar su expertise a la de los administradores de Ainda.
Proeza es un grupo empresarial mexicano con presencia en 12 países en cuatro continentes y con foco en cinco sectores.
#CMIC… Brete en el que se metió Juan Pablo Castañón, presidente del Consejo Coordinador Empresarial.
Lo sucedido el 23 de marzo durante el relevo en la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción, donde Gustavo Arballo cedió la presidencia a Eduardo Ramírez Leal, es una de esas triquiñuelas que le salen bien al candidato presidencial por Morena, Andrés Manuel López Obrador.
Con lo sensible que es el asunto del nuevo aeropuerto, aceptarle la palabra a AMLO para establecer una mesa de expertos con sus “expertos” para discutir la viabilidad del NAICM en su hipotética gestión, lo único que evidencia es que las encuestas están moviendo a algunos a caer en blandito. ¿No que la ley no se negocia?