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Así viven empresarios canadienses la renegociación del TLCAN

Canadá y Estados Unidos han hilvanado una de las economías más integradas del mundo desde que firmaron acuerdos de libre comercio hace 30 años, comerciando desde fertilizantes hasta petróleo, pasando por repuestos para automóviles y medicamentos.

En momentos en que el primer ministro Justin Trudeau se reunió en Washington con el presidente Donald Trump este lunes, las compañías canadienses confían en que no se desmemebre en una guerra comercial.

La promesa de Trump de renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y su apoyo a un “gran impuesto de ajuste fronterizo” amenaza con alterar los 541 mil millones de dólares en comercio entre ambos países, potencialmente haciendo subir los costos y reduciendo los beneficios para algunas de las mayores empresas de Canadá, entre ellas Suncor Energy y el proveedor de autopartes Magna International. 

“Cualquier impedimento a un comercio fluido a través de la frontera entre Canadá y Estados Unidos tendría un impacto negativo en el precio de los vehículos para el público comprador y sería negativo para todos”, dijo Don Walker, máximo responsable ejecutivo de Magna, con sede en Aurora, provincia canadiense de Ontario, en una entrevista en la oficina de Bloomberg en Toronto la semana pasada.

Magna International es el mayor proveedor de componentes a General Motors, Ford Motor y Fiat Chrysler Automobiles.

Los envíos de Canadá a Estados Unidos representan casi 76 por ciento de las exportaciones totales del país, según Statistics Canada. Las automotrices, entre ellas las divisiones canadienses de las tres grandes empresas de Detroit, y los productores de petróleo y gas son los dos mayores exportadores a Estados Unidos.

Cada uno de esos sectores generó alrededor de 60 mil millones dólares canadienses (46 mil millones de dólares) en envíos al sur en 2016, o 30 por ciento del total, muestran datos del Gobierno.

Las refinerías siguieron con 12 mil millones de dólares canadienses en exportaciones, seguidas por las farmacéuticas, las empresas madereras y los productores de aluminio.

“Decididamente, tenemos que estar preocupados acerca de cualquier cambio en nuestra relación comercial con nuestro mayor socio comercial”, dijo Paul Taylor, máximo responsable de inversión de asignaciones de activos de BMO Global Asset Management.

Un impuesto de ajuste en frontera podría ser contraproducente al subir el costo de las materias primas empleadas para fabricar bienes en Estados Unidos, dijo Pierre Gratton, presidente de la Asociación de Minería de Canadá.

“Sería contraproducente para Estados Unidos comenzar a imponer un gravamen fronterizo a los minerales y metales porque simplemente castigarían su sector fabril”, dijo Gratton por teléfono el 2 de febrero.

Estados Unidos importa níquel para la siderurgia, por ejemplo, dijo. Las mayores exportaciones de metal de Canadá a Estados Unidos por valor son el hierro y el acero, el aluminio, el oro y el cobre, según el grupo.

Otros ejecutivos dicen que la industria canadiense se adaptará a cualquier cambio en el TLCAN.

New Flyer Industries, el mayor fabricante de autobuses de transporte público de Norteamérica, dijo que la empresa ha vivido en “un entorno algo proteccionista de Estados Unidos por algún tiempo” debido a los requerimientos de “comprar productos estadounidenses” de la mayoría de sus clientes, dijo el máximo responsable ejecutivo Paul Soubry.

La empresa con sede en Winnipeg, provincia canadiense de Manitoba, está pasando a 65 por ciento de contenido estadounidense para 2018 y 70 por ciento para 2020, y New Flyer está activamente trasladando parte de sus suministros canadienses a plantas y subcontratistas estadounidenses, dijo.

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