Nota del editor: Esta columna se publicó originalmente en la edición 248 de la revista Manufactura, correspondiente a julio de 2016.
Manufactura — México pasó de ser una economía cerrada a una de las que tiene más acuerdos comerciales en el mundo. Mientras que, en un principio, muchos de los tratados de libre comercio (TLC) celebrados por México eran apenas acuerdos bilaterales, recientemente se ha visto una clara tendencia al multilateralismo. Ejemplo de ello son el acuerdo comercial con Centroamérica y la reciente Alianza del Pacífico, que agrupan a países con los que ya se tenía algunos acuerdos bilaterales.
Como parte de esta tendencia, el 4 de febrero de 2016 Australia, Brunei, Canadá, Chile, Estados Unidos, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam firmaron el Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica (TPP).
Al entrar en vigor este acuerdo comercial, México estará obligado a abrir su economía a seis países con los que no tenía tratados de libre comercio y, a la vez, ampliará su intercambio comercial con cinco países que ya eran sus socios.
Dentro de este entorno, ¿habrá riesgos y oportunidades dentro del TPP para el sector maquilador mexicano?
Sin duda. La entrada en vigor del TPP permitirá a las maquiladoras mexicanas ampliar sus opciones de suministro de bienes ‘originarios’, permitiendo, por ejemplo, la incorporación de insumos de Singapur o Vietnam para fabricar bienes que se exporten a Estados Unidos, reclamando trato preferencial bajo el TPP.
Mientras que en este ejemplo los bienes finales no hubieran resultado originarios bajo el TLCAN, al amparo del TPP podrían ser suceptibles de recibir trato arancelario preferencial. De igual forma, el importador no tendría por qué pagar aranceles por el uso de los insumos de Singapur o Vietnam.
Por otro lado, las economías de los países parte del TPP representan casi 40% del Producto Interno Bruto (PIB) mundial, por lo que, al formar parte de este acuerdo comercial, diversos sectores industriales (acero, agroindustrial, automotriz y autopartes, cosméticos y perfumería, eléctrico, electrónico y farmacéutico) estarán en posibilidades de abrirse paso a nuevos mercados, siendo de esta manera cada vez más atractivos a la inversión.
Sin embargo, la entrada en vigor del TPP traerá también mayor competencia, así como cambios y adecuaciones a la regulación nacional que, si no son analizados correctamente, podrían implicar riesgos para la operación de las empresas maquiladoras.
Entre las diferencias existentes entre el TPP y otros acuerdos comerciales, se encuentran la forma de calcular el valor de contenido regional en algunas reglas de origen específicas y la forma de verificar el origen en industrias determinadas.
También el TPP permitirá que, en ciertos casos, sea el importador mexicano y no el exportador extranjero quien emita el certificado de origen con el que se reclame el trato preferencial en México. En estos casos el importador deberá contar con toda la información y documentación necesaria para acreditar el carácter originario de dichos bienes.
Dado que difícilmente un proveedor que no sea parte relacionada proporcionaría a su cliente la información referente a sus costos y sus proveedores, es previsible que esta opción sea utilizada principalmente por aquellos importadores que sean partes relacionadas de sus proveedores.
La puesta en marcha del TPP aumentará la competitividad, permitirá diversificar las fuentes de suministro de los insumos utilizados por las maquiladoras y permitirá, al mismo tiempo, exportar a más países bajo trato preferencial.
De igual forma, al implementarse el TPP se reformarán diversas disposiciones del marco jurídico mexicano, por lo que la industria maquiladora deberá dar seguimiento a las potenciales reformas y estar lista para afrontar nuevos retos y mayor competencia. (Coautor del texto: José Hoyos Robles)
*Manuel Padrón y José Hoyos Robles, coautor del texto, son socios de Baker & Mckenzie Abogados, S.C.