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Tintes y textiles sostenibles: fusionar el arte ancestral con la innovación tecnológica

CON DISEÑOS que evocan algún rincón cultural en México, la diseñadora textil mexicana Nyra Troyce conjunta en sus diseños el trabajo de diversas comunidades de artesanos en el uso de tintes naturales y los estándares de calidad que la tecnología textil exige hoy día para garantizar el uso prolongado de las piezas que realiza desde hace 20 años.

Troyce tiene un interés especial en la calidad del trabajo que artesanas y artesanos dedican para fabricar una pieza, la cual acompañará algún diseño contemporáneo sin dejar de lado el cumplimiento de los estándares de calidad que la industria exige.

El primer proyecto en el que trabajó con artesanos fue en el estado de Puebla, donde tomó la materia prima con una comunidad en Cholula. La diseñadora llevó las telas tecnológicamente sustentables en las que bordaron artesanalmente algunos pedazos del tejido.

“El efecto fue espectacular porque logré fusionar la parte ancestral y artística con la parte tecnológica”, cuenta Nyra Troyce en entrevista con Newsweek México.

Ese primer proyecto la artista lo replicó con el trabajo en conjunto con comunidades de otros estados como Oaxaca, Chiapas, Hidalgo, Quintana Roo y Guanajuato, donde obtuvo tejidos con telar de pedal en lana específicos para tapetes de un proyecto hotelero.

La colección textil de Nyra Troyce combina la sustentabilidad con técnicas artesanales y tecnológicas que obtuvo al iniciar su carrera laboral, primero con la línea de telas Maharam de México, sitio en el que creó proyectos de diseño y espacios de trabajo.

Durante su estancia en Maharam tuvo contacto con los textiles Contract, ahí se especializó en la aplicación de nuevas propuestas que pronto aplicaría en ámbito industrial y hotelero para crear proyectos como los que realiza ahora.

Troyce habla de la fascinación que tiene por ser parte de este vínculo entre usar técnicas artesanales y propuestas sostenibles en cada pieza y proyecto que comienza.

“No me siento una marca, sino un canal que conecta estos mundos que están muy desconectados. Al final, como diseñadora, mi aporte es dar una visión y una sensación diferente, y con esto lo estoy logrando”, añade.

Como parte del proceso creativo para cada proyecto que la diseñadora textil emprende comienza por realizar un prototipo o maqueta a escala con diferentes materiales, pensando en los elementos o figuras que quiere que contengan. Captura la imagen y se encarga de remasterizar la pieza. A partir de ahí mejora o mantiene el diseño final.

“En Tulum estaba confeccionando un bar y quería unas cortinas de yute que se sostuvieran de manera orgánica y que estuvieran pintadas con azul añil maya, que es un tinte natural de la región. Las pruebas las hice a escala, le tomé foto y de ahí lo lancé a una medida o escala más grande”, cuenta.

La diseñadora textil mexicana conjunta en sus diseños el trabajo de diversas comunidades de artesanos. (Foto: cortesía)

En su estudio la artista cuenta con un equipo de siete personas. Sin embargo, también incluye a los artesanos con quienes trabaja, siendo un total de más de 400 personas en Hidalgo, Chiapas, Oaxaca, Guanajuato y Jalisco.

Otro de los elementos que distinguen el trabajo de diseño textil en las piezas de Nyra Troyce es el color y la obtención de este al utilizar tintas naturales hechas en distintas regiones de México. “Es todo un arte. Es una alquimia usar tintes naturales”, expresa.

Actualmente, los proveedores de las diferentes comunidades con quienes trabaja la diseñadora en el país se encargan de usar tintes naturales como sucede en Oaxaca, donde se utiliza grana cochinilla de la que obtienen colores que van de un marrón a un violeta profundo. Esto último depende de lo que se use para fijar el color.

“Si le pones un ph más alto se vuelve mucho más alcalino y se vuelve más morado. Vas jugando con esa alcalinidad de los materiales y bueno, tenemos una gama tremenda de ellos”, añade.

Otras de las tintas naturales que llegan a utilizar son el cempasúchil y el azul, tanto oaxaqueño como maya; el azul que usan en Oaxaca es muy diferente al maya.

En su gusto y constante aprendizaje por el uso de tintas naturales, Troyce cuenta que, además del uso sustentable, estos colores la han llevado a estudiar acerca de cómo fijarlos sin dañar al ambiente.
EL MARAVILLOSO COLOR NEGRO

“Llevo años apasionada con los tintes naturales. Uno de los trabajos que hice —antes de graduarme— fue un libro de tintes naturales y el rescate a esto porque las anilinas dañan tremendamente el medioambiente”, explica.

Como ejemplo, la diseñadora habla de la obtención del color negro en la industria textil, siendo este uno de los colores que más contaminan. Para ella, el negro más maravilloso que se pueda encontrar en México es el que producen algunas comunidades en Chiapas; se trata de un lodo negro que se usa par dar color a las faldas negras de lana que usan las mujeres.

“Es un negro absoluto y lo hacen con ese lodo. Ponen la fibra en el lodo y no se quita, le ponen un fijador que puede ser orina. Tiene que ser algo muy ácido y es un proceso natural”, explica.

De acuerdo con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), en México se pueden obtener tintas naturales a partir de insectos como la grana cochinilla, moluscos como el caracol púrpura; flores como el añil, el matlalxóchitl, el pericón o el muicle; semillas como el achiote; zacates como el zacatlaxcalli y barros como el tejotlate, el palli o el tlahuil.

Un elemento que distingue su trabajo es el color y la obtención de este, pues utiliza tintas naturales hechas en distintas regiones de México. (Foto: cortesía)

Estos recursos naturales para obtener color datan de técnicas ancestrales que se llegaron a utilizar en la época prehispánica en México para teñir indumentaria, cerámica, madera o cestería, instrumentos musicales y decorativos, y para pintar pisos, muros y retablos.

Sin embargo, el uso desmedido puede conducir a la sobreexplotación de recursos como el caracol púrpura, “extraído irracionalmente para la gastronomía, lo que pone en estatus de riesgo a ese molusco”, manifiesta la Semarnat.

“Sí creo que debemos regresar y utilizar estos materiales [naturales]. Obviamente las anilinas que usamos no se fijan en las fibras y terminan en nuestra piel, si bien nos va, después en la tierra, en los mares, las comemos y después, nos sorprendemos porque tenemos cáncer o alguna enfermedad rara”, añade la diseñadora.

Después de adentrarse a conocer los efectos negativos que la industria textil produce al ambiente, Nyra Troyce apuesta por un uso más sostenible de este gremio, a pesar de los altos costos en materiales. Intentar utilizar en estos procesos fibras y tintes naturales es parte de los cambios que ha adquirido.

Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en la industria textil para confeccionar unos jeans se requiere de 7,500 litros de agua, lo que equivale a la cantidad que bebe una persona promedio en siete años.

En 2019, durante el evento el evento sobre Moda Sostenible en Nairobi, Kenia —como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible—, la ONU señaló que el costo de estar siempre a la moda es mucho más caro que el precio monetario que pagamos por ello. Ante esto, el ente global señala que la única forma de hacer verdaderamente sostenible la industria de la moda es acabar con la cultura del desperdicio.

Sobre el caso de la industria textil hotelera, a la que actualmente se dedica, Troyce expresa que la inconsciencia de los consumidores de querer adquirir todo muy barato está aniquilando procesos como el trabajo de una pieza tejida de manera artesanal que puede tardar entre seis y siete días para realizar un lienzo, en contraparte con la producción con maquinaria de metros y metros de tela.

Durante la pandemia por covid-19, Nyra Troyce se replanteó qué hacer para mantener la sostenibilidad de su trabajo en la industria y decidió emprender un nuevo proyecto juntando todos los trozos de tela que tiene en su estudio para crear algo nuevo.

“Puede sonar como un proyecto lindo, pero si se nos olvida que este cúmulo de textiles se van a la basura, es una inconsciencia. Creo que puedo echar a andar este proyecto que aún no tengo firme, pero sí en la mira”, concluye la diseñadora.

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