Reforma. Cd. de México (14 diciembre 2018).- Estados Unidos ganó una batalla legal sobre el etiquetado de atún “dolphin safe” luego de que jueces de apelaciones de la Organización Mundial de Comercio (OMC) desestimaron el argumento de México de que las reglas de etiquetado estadounidenses infringían sus normas.
Ante ello, la organización comunicó que las últimas modificaciones que hizo Washington en su etiquetado, ya no discrimina al atún mexicano, por lo que en automático se eliminan las represalias que el País podía ejercer hacia su vecino del norte.
El 25 de abril de 2017, un árbitro de la OMC determinó que México tenía derecho a imponer represalias comerciales por un monto de 163.23 millones de dólares.
Dichas represalias, que nunca fueron usadas por el País, surgieron después de que Estados Unidos hizo modificaciones muy laxas o “cosméticas” a sus revisiones para otorgar el etiquetado “dolphin safe” (libre de delfín) a empresas extranjeras o estadounidenses (a diferencias de las revisiones a las mexicanas), las cuales fueron solicitadas por la OMC, explicó Carlos Véjar, abogado senior del despacho Holland and Knight.
Por ello, al determinar que EU no cumplió, fue que se le dio al País el derecho de ejercer esas represalias.
“Ahora todas las demás empresas, además de las mexicanas, se les van a exigir requisitos que antes no se les exigía”, dijo Véjar, quien también fuera consultor jurídico de Comercio Exterior en la Secretaría de Economía durante los dos últimos años de Felipe Calderón y los primeros cuatro de Peña Nieto.
La disputa comenzó porque, a mediados de los años 90, el Gobierno estadounidense impuso restricciones para el atún cazado en el País alegando que el sistema utilizado por los barcos mexicanos, con redes de cerco, atrapa también a delfines y muchos de ellos morían durante la pesca.
Por lo tanto, decidió no otorgarle su etiqueta “dolphin safe” al producto mexicano, pero sí a las marcas extranjeras o de ese mismo país.
Bajo la ley estadounidense, si un país pretende exportar tiene que demostrar que en el proceso de producción se cumplen las leyes de protección a la fauna marina o de otra manera no puede tener acceso al mercado.
Pero el Gobierno de México, considerando que esta medida era más bien una excusa para evitar la competencia, sometió ante la OMC para buscar un arbitraje que resolviera este problema.
La OMC emitió en 2012 y 2015 fallos favorables a los intereses mexicanos, ante lo que Estados Unidos modificó en 2013 y 2016 sus normas de etiquetado para intentar adaptarlo a la ley internacional, algo que finalmente ha sido aceptado para las condiciones establecidas hace dos años.
Los atuneros mexicanos se han quejado de pérdidas millonarias por las restricciones que durante años les ha impuesto el mercado estadounidense, uno de sus principales destinos y que está valorado en cerca de 700 millones de dólares.
Ahora, pese al fallo de la OMC, especialistas consideran que el País resultó vencedor en la disputa ya que logró que se modifiquen las disposiciones para que Estados Unidos otorgué el etiquetado.
“México ganó esta disputa comercial en el sentido de que logró mejorar y que se modificaran las disposiciones que discriminaban las exportaciones del atún mexicano al mercado de Estados Unidos”, afirmó Francisco de Rosenzweig, socio de White & Case.
Ahora, además de los productos del País, los de otras naciones y las mismas estadounidenses serán revisados a mayor detalle para otorgar la etiqueta, lo cual quizá propicie que muchos dejen de tenerla.
“Por naturaleza (del método) México nunca va a obtener ese estándar, pero con estas nuevas medidas estadounidenses es muy probable que muchos dejen de obtenerla también porque pescar garantizando que no se matan delfines es prácticamente imposible”, explicó Véjar.
De tal forma que si hay menos marcas con esa etiqueta quizá pueda perder fuerza en el mercado.
Derivado de que la pesca de atún se hace con redes, siempre se involucra fauna de acompañamiento que no sólo son delfines.
“México pesca con un método distinto al de otras empresas, y el método mexicano sí involucra a los delfines, los otros métodos no, simplemente avientan una red y lo que pesquen y ahí matan de todo (tortugas, tiburones, etc.), entonces también era ridícula esta medida”, detalló Véjar.
Sin embargo, la pesca mexicana cuenta ya con la certificación internacional APICD Dolphin Safe (Acuerdo sobre el Programa Internacional para la Conservación de los Delfines), la cual significa que la cantidad de delfines que se llega a matar está por debajo del umbral de sustentabilidad de la población de delfines, refirió Véjar.
México ganó el caso original, pues provocó cambios en la revisión estadounidense, este último fallo de la OMC sólo fue la respuesta que dio Estados Unidos a los cambios solicitados por el organismo internacional.
Luz María de la Mora, subsecretaria de Comercio Exterior, dijo en entrevista que con los cambios que hizo Estados Unidos, México queda en condiciones más iguales respecto a los otros oferentes.
“Lo que sucedió fue que a los productos de atún de Estados Unidos y de otros países se les aplica una legislación que es igualmente en condiciones (respecto a México), donde tanto a la flota atunera mexicana en el Pacífico Oriental como otras pesquerías, en otras partes del mundo, también deban cumplir con métodos de pesca que sean sustentables y donde no haya delfines asociados a la pesca de atún”, explicó De la Mora.
Refirió que este caso está cerrado y de tener complicaciones en el futuro, en esta industria, se tendría que abrir un nuevo caso.
“Está concluido en el sentido de que ya no hay más instancias a las que recurrir, el caso se da por concluido”, afirmó.
Asimismo, señaló que la Secretaría de Economía cuidará que se mantenga el Estado de Derecho para estas industrias dentro del comercio internacional.
Con información de Reuters y EFE