Y es que los actos de corrupción salen caros, se estima que cuestan a México entre el 8 y el 10 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), y además provocan que las empresas dejen de invertir en infraestructura, tecnología o talento para destinarlo a pagos extraoficiales, explicó Daniel Curiel, coordinador del Consejo de Cámaras Industriales de Jalisco (CCIJ).
Esto se ve reflejado en las ventas de la empresa, ya que pueden verse disminuidas hasta en un 10 por ciento anual por motivo de la corrupción.
"Hablábamos de que puede significar hasta un 10 por ciento más de las ventas de las empresas, imagínense lo que esto significaría en empleo y generación de riqueza", dijo después de la sesión ordinaria del CCIJ.
"Si las empresas no tuvieran que estar dedicando tiempo y dinero en actos de corrupción (…), en lugar de estar dando dádivas en actos de corrupción podrían estar invirtiendo y esto daría productividad a las empresas. Podrías abaratar costos, podrías producir más y generar más empleos, éste es el círculo perverso que va en contra del bienestar de la sociedad".
Más grave que la corrupción es la impunidad, consideró, ya que tanto en México como en Jalisco hay actos de corrupción que se denuncian, pero no se sentencian.
Esto es un incentivo para seguir cometiendo delitos, señaló Curiel durante la sesión, en la que se discutió sobre los avances en la implementación del Sistema Local Anticorrupción.