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CÁMARA NACIONAL

DE LA INDUSTRIA TEXTIL

Las Zonas Económicas y su largo camino para concretarse

Alrededor de 81 empresas tienen cartas de intención para invertir en las Zonas Económicas Especiales (ZEE) de México. Pero a dos años de que se promulgó la Ley Federal para la creación de dichos proyectos de negocios, expertos consultados refieren que mientras no se revierta la deficiente competitividad que enfrentan los ocho estados del país donde se asentarán, no hay elementos para asegurar que las inversiones llegarán a cristalizarse.

“Si bien son un buen número de empresas para comenzar, siguen siendo cartas de intención, no son inversiones ya firmes que se estén desarrollando. Todavía pueden cambiar esas intenciones de inversión antes de ser inversiones reales”, advierte Juan Pizano, socio de Comercio Exterior y Aduanas en Deloitte México.

La creación de las ZEE

Fue el 31 de mayo de 2016 cuando el presidente Enrique Peña Nieto promulgó la Ley Federal de Zonas Económicas Especiales (ZEE), como parte de la estrategia para combatir la pobreza y desigualdad en los estados del sur y sureste del país.

La Federación delimitó áreas específicas para ofrecer un entorno de negocios excepcional, a través de diversas herramientas como beneficios fiscales, trámites ágiles y régimen aduanero especial.

Por ejemplo, en materia de incentivos tributarios, el Gobierno acordó otorgar un descuento de 100% en el pago del Impuesto Sobre la Renta (ISR), durante los primeros 10 años de operación, así como un beneficio de 50% durante los siguientes cinco años. Además, las ZEE gozarán de un trato de Impuesto al Valor Agregado (IVA) —similar al de las empresas certificadas en comercio exterior— y descuentos en cuotas patronales de 50% en los primeros 10 años y de 25% en los cinco años subsecuentes.

Actualmente son siete las ZEE ya declaradas oficialmente por la Presidencia de la República en los estados de Tabasco, Michoacán y Guerrero (de manera conjunta), así como en Campeche, Oaxaca, Yucatán, Chiapas y Veracruz.

No todo son incentivos

A pesar de los incentivos fiscales que ofrecen las ZEE, es claro que los agentes económicos necesitan otros aspectos para definir un espacio donde operar.

Al final del día, los ahorros por pago de impuestos y cuotas patronales se pueden ver pulverizados por los mayores costos de transporte de mercancía, tal como lo advierte Gustavo de Hoyos Walther, presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex).

“Las inversiones están llegando con retraso, porque tienen que valorar entre los ahorros que implicaría aprovechar estos incentivos fiscales, pero por otro lado los gastos por la infraestructura básica, logística y el desarrollo de capital humano”, comenta el representante empresarial.

En ese sentido, Gustavo de Hoyos considera necesario recortar el gasto corriente y detonar la inversión pública para impulsar la competitividad de esas regiones, a través de la construcción de puentes, caminos y puertos, así como fortalecer la oferta de capital humano y desarrollar una cadena de proveeduría local.

“Para que las ZEE puedan realmente alcanzar su potencial, se requiere este binomio: uno tiene que ver con estos incentivos fiscales y regulatorios muy importantes, pero la otra es que exista una competitividad operativa básica, la cual solo se construye del cerco de la empresa hacia adentro. Esto tiene que ver con la logística, la seguridad, el capital humano disponible y aquí es donde los gobiernos federal y locales tienen que apostarle fuerte”, comenta el líder empresarial.

Con todo, el dirigente patronal ratifica el interés de la comunidad empresarial en incursionar en las ZEE.

“Hay gran apetito de varias decenas de empresas de los sectores agroalimentario, de la industria del papel, del energético, de textil especializado, minería, transformación de productos primarios como la madera, entre otros”, asegura Gustavo de Hoyos.

El imprescindible papel del Estado

Juan Pizano refiere que el Estado es el responsable de romper con el ciclo vicioso en el que se encuentran esas regiones del país, en donde la falta de infraestructura y la carencia de capital humano competitivo no favorece la atracción de inversiones.

“Las Asociaciones Público-Privadas pueden jugar un papel importante. Pero el Estado debe jugar un papel protagónico en la edificación de la infraestructura, porque las regiones (donde se instalarán las ZEE) no son tan atractivas para la inversión, entonces es difícil que un inversionista quiera arriesgar tanto capital cuando solo hay certeza jurídica y los incentivos fiscales los pueden encontrar en otros lados”, afirmó el especialista.

“Puede que haya empresas que se atrevan y se avienten como está el contexto y les vaya bien, pero la vedad es que no será la generalidad, ese es el tema y lo podemos ver con las cartas de intención que hoy tienen”, comenta Juan Pizano.

En ese sentido, Gerardo Gutiérrez Candiani, titular de la Autoridad para el Desarrollo de las ZEE, asegura que el Gobierno tiene identificado el potencial de dichas regiones, precisamente para despertar el interés de las empresas tanto mexicanas como extranjeras.

“La conectividad es fundamental, por eso dentro de las condiciones principales por las cuales se escogieron las zonas, está precisamente en dónde estaban geográficamente y su potencial de conectividad. Todas tienen acceso a mar a los principales mercados regionales y nacionales; por supuesto, hay infraestructura que hay que mejorar”, reconoce Gutiérrez Candiani.

En este sentido, el funcionario destaca la existencia de lo que llamó “candados jurídicos” con los que cuenta el programa de la ZEE, con el objeto de que estas prosperen al margen de los relevos que se avecinan con motivo de las elecciones federales del 1 de julio, en las que se renovarán presidente, diputados y senadores, además de autoridades locales.

“Lo que hemos oído de los candidatos a la Presidencia es que hay un gran compromiso para el sur-sureste; (el de las ZEE) es un proyecto social, está anclado, además su justificante más importante es abatir los niveles de pobreza y generar condiciones de vida mucho más dignas”, afirma Gutiérrez Candiani.

Vocaciones regionales realistas

Claudia Ávila, directora general de la Asociación Mexicana de Parques Industriales (AMPIP), coincide en que el proyecto de las ZEE constituye una estrategia para revertir el rezago y la marginación que padecen los ochos estados del país involucrados, pero advierte que en la implementación del programa se deben aprovechar las vocaciones que tienen esos lugares, pues de lo contrario difícilmente prosperarán las ZEE.

“No todas las entidades pueden aspirar a traer una armadora de autos, como en algún momento se pretendía en Chiapas. Entonces se deben identificar vocaciones con las cuales podamos aprovechar las ventajas naturales”, dice Claudia Ávila.

“Por ejemplo, a raíz de la reforma energética, en el sureste puede haber un boom de proveeduría para la industria petrolera o en la parte agrícola, enlazándose hacia Centroamérica; porque es más difícil que una empresa que quiera exportar hacia Estados Unidos se vaya a Oaxaca o Chiapas si tiene mayor facilidad en cuanto tiempos de entrega desde la frontera”, dice la especialista en parques industriales.

Asimismo, Claudia Ávila recordó que, además de los grandes retos en materia de infraestructura, el Estado de Derecho y la inseguridad son temas, que en muchas ocasiones, son el fiel de la balanza al momento de elegir el lugar para instalar una empresa.

“El aspecto de seguridad es una variable muy importante que no podemos soslayar, aunque el Gobierno diga que eso se va a manejar. Hoy en día es una realidad, los bloqueos, los robos, las manifestaciones y todo eso impide que una empresa pueda operar eficientemente”, concluye la representante de los desarrolladores de parques industriales.

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