A través de su análisis económico ejecutivo semanal, el órgano refirió que si bien la corrección que realizó el Banxico desde un rango de 2.0 a 2.5 por ciento, a uno de 1.8 a 2.3 por ciento, es reflejo de efectos temporales durante el tercer trimestre del año; también es necesario ser cuidadosos, debido a que la evolución de ciertos indicadores muestran desaceleración desde inicios de año.
Insistió en que existen señales de alerta como la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), básicamente por la insistencia del gobierno de Estados Unidos de corregir su déficit comercial con México; aunque también explicó que existe un tema que es todavía más relevante y que no se le ha prestado la atención necesaria: la reforma fiscal aprobada por la Cámara de Representantes de Estados Unidos y que podría traerle problemas a México.
En este sentido, detalló que la propuesta del congreso estadounidense contempla la reducción de la tasa impositiva corporativa de 30 por ciento a 20 por ciento, una disminución en el impuesto personal, además de una importante simplificación del sistema tributario, entre otras medidas.
De llevarse a cabo, detalló, México puede perder competitividad fiscal a nivel global y se corre el riesgo de perder parte de su base impositiva, como consecuencia de que hay algunas empresas que pueden ser atraídas por un sistema tributario menos costoso.
Hasta ahora nuestro país ha sido más benévolo en materia fiscal que los Estados Unidos, en materia de impuesto sobre la renta. De concretarse este escenario, nuestro sistema fiscal deberá buscar volverse competitivo, por lo que es fundamental analizar si existe la posibilidad y capacidad para hacerlo”, puntualizó.
La principal herramienta para fortalecer la estabilidad macroeconómica y hacer frente a los eventos externos, es avanzar en el saneamiento de las finanzas públicas.