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El próximo lunes los aranceles en importaciones de acero, calzado, vestidos y textiles entrarán en vigor. Estos impuestos solo tendrán lugar con países con los que no se cuenta con un acuerdo comercial, y serán de 15, 25 y 30%, dependiendo del producto, con una duración de seis meses.
De acuerdo con Ernesto Acevedo, subsecretario de Industria y Comercio de la Secretaría de Economía el objetivo principal detrás de los aranceles es proteger a las industrias mexicanas de la competencia desleal de países como China, Rusia, Taiwán, Vietnam y otros donde la producción es considerablemente más barata que aquí.
Por ahora, el presidente de la Concamin, Francisco Cervantes, ha apoydo esta decisión del nuevo gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.
¿Qué podría pasar si no se imponen aranceles?
De acuerdo con especialistas de las diferentes industrias, no renovarlos puede tener una consecuencia muy importante: Estados Unidos no eliminaría sus aranceles con México por razones de seguridad nacional.
Los seis meses de duración de los aranceles coinciden con el día en el que el gobierno de Estados Unidos debe decidir si los aranceles al acero (25%) y aluminio (10%) de México permanecen o no.
La regla 232, como se conoce a la imposición de los aranceles al acero y aluminio, es una de las amenazas más importantes a la relación comercial entre los dos países.
Algo que se debe tener en cuenta es que los aranceles no son nuevos. Desde el 2015, estos impuestos se renuevan cada seis meses; sin embargo, en enero de este año se suspendieron. La suspensión hizo que la industria siderúrgica mexicana reaccionara, por lo que la Secretaría de Economía decidió reinstaurarlos. De momento ya solo hay que esperar que sean publicados en el Diario Oficial de la Federación.
Algunas de estas industrias ya han estado en problemas por la competencia extranjera
Esto de la competencia desleal no es nuevo, y las mismas industrias mexicanas ya se han enfrentado a este problema. Uno de los últimos antecedentes es por el Tratado de Integración Progresista de Asociación Transpacífico.
Las cámaras de la industria textil, de calzado y de confección han estado en contra del Tratado desde el principio. Según sus estimaciones, en tres años se perderán 250 mil empleos de los 710 mil actuales, principalmente por las importaciones de Vietnam y Malasia.
Una de sus preocupaciones principales es que no hay medidas suficientemente fuertes para frenar el contrabando técnico, que en esta industria es muy común. Además, el Consejo Consultivo de Negociaciones Comerciales Internacionales ha dicho que respaldará a las empresas del sector, ya que se encuentran desprotegidas por posibles prácticas de dumping, subvaluación y triangulación por países asiáticos.
Los retos para esta industria son grandes. Por ejemplo, México produce 250 millones de pares de zapatos al año. De esos, 25 millones se exportan; lo que da cerca de 456 millones de dólares. El problema es que el país importa 960 mil millones de dólares, y una gran parte de eso viene de Vietnam.
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