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Asia, en vilo por amagos de Trump hacia China

Por ahora, las amenazas económicas que Donald Trump lanzó a China no se materializan. El presidente estadunidense se comprometió a etiquetar a Pekín como “manipulador de la moneda” desde su primer día en el cargo. En su campaña también propuso aplicar impuestos de importación de 45 por ciento a productos procedentes chinos.

Pero la falta de acciones concretas hasta el momento no debe dar a los socios comerciales asiáticos una falsa sensación de seguridad. Incluso si las amenazas contra China se diluyen o las descarta, la introducción de un posible impuesto de ajuste fronterizo, que gravaría de manera efectiva el gasto de las empresas en todas las importaciones hacia EU, afectará fuertemente a China y a otros países asiáticos, según analistas.

El momento para una mayor claridad sobre las intenciones del gobierno de Trump puede estar cerca, dijeron los analistas. La esperada confirmación de Wilbur Ross, el candidato de Trump para la Secretaría de Comercio, de alguna manera puede presagiar la implementación de una especie de “Estados Unidos Primero” en la política comercial.

“Una vez con Ross en el cargo podemos esperar algunas acciones para demostrar que Trump cumple con su promesa de mostrarse duro con China en el comercio”, dice Arthur Kroeber, jefe de investigación de Gavekal Dragonomics, una compañía de investigación. La adopción del impuesto de ajuste fronterizo no es segura, pero la posibilidad lleva a hacer un análisis de cuáles  países asiáticos serán los más vulnerables.

Además de China, Vietnam y Filipinas parecen ser los países más expuestos si Washington endurece su postura sobre el comercio y la mano de obra de inmigrantes. Otras partes de Asia, como India y Pakistán, también serán vulnerables, aunque en un menor grado.

Shen Jianguang, jefe economista de Mizuho Securities en Hong Kong, dice que una guerra comercial entre China y EU creará un “golpe a la demanda” para la economía china, desaceleraría el crecimiento económico y estimularía el desempleo.

Eso debido a que en 2015 las exportaciones de China hacia EU alcanzaron 410 mil mdd, 18 por ciento del total y 3.8 por ciento de su PIB. De una estimación de 121 millones de personas que trabajaron en el sector de exportación en 2015, alrededor de 20 millones laboraron en las exportaciones a Estados Unidos y, por lo tanto, les afectaría cualquier guerra comercial entre EU y China, dijo Shen.

Además, no solo afectará a las empresas chinas que tienen un uso intensivo de mano de obra; las exportaciones a EU en los sectores chinos de uso intensivo de capital, como equipo eléctrico y electrodomésticos mecánicos, también serían vulnerables, agregó Shen.

En el caso de Vietnam, la vulnerabilidad a políticas estadunidenses más duras sobre el comercio se debe tanto a su propia exposición al mercado de EU como mediante sus importaciones de bienes intermedios a China. Estados Unidos es el principal destino de las exportaciones de Vietnam, compró 42 mil 100 mdd en bienes de la nación del sudeste asiático en 2016, con lo que se creó un superávit comercial de 32 mil millones de dólares a favor de Vietnam.

Esa exposición equivale a cerca de 18 por ciento del PIB de Vietnam, por mucho el nivel más alto en Asia, aunque a Singapur, Taiwán, Malasia y Tailandia también le afectaría cualquier reacción proteccionista estadunidense contra Asia en su conjunto.

Si Washington eligiera a China como el único blanco de su ira proteccionista, Vietnam todavía sería vulnerable debido a que cerca de 10 por ciento de las exportaciones de Hanoi van a China. Una parte creciente de esos productos son bienes intermedios que se procesan y se vuelven a exportar a otros destinos como EU.

Desde una perspectiva diferente, Filipinas también parece un país vulnerable. En términos de comercio de mercancías, las exportaciones del país asiático a Estados Unidos equivalen a cerca de 3 por ciento de su PIB, por lo tanto, es menos vulnerable que otros países emergentes de Asia a las medidas que implemente EU para limitar las importaciones, como la de aplicar un impuesto de ajuste fronterizo.

Sin embargo, alrededor de tres cuartas partes de los ingresos totales del sector de subcontratación de procesos de negocio (BPO, por su sigla en inglés) de Filipinas provienen de dar servicio a empresas estadunidenses, de acuerdo con Capital Economics, una firma de investigación. El auge de los ingresos del sector BPO equivale a 8 por ciento del PIB y emplea a más de un millón de personas, lo que significa que un golpe a este sector podría desacelerar el crecimiento económico general.

Por último, si EU adopta un impuesto a las remesas que envían los trabajadores migrantes al extranjero, el dinero que cerca de 4 millones de filipinos envían a casa descendería. Tan grandes son esos flujos que representan alrededor de 3 por ciento del PIB de Filipinas, de acuerdo con Capital Economics.

“Mantenemos sin cambios nuestro pronóstico de crecimiento del PIB de Filipinas de 6.5 por ciento para este año, pero los riesgos están firmemente a la baja”, dijo Gareth Leather, economista de Capital Economics. “En especial, cualquier acción agresiva de Trump que fije la mira en el sector de subcontratación puede llevarnos a reducir nuestros pronósticos”.

India y Pakistán son mucho menos vulnerables en términos de la contribución que tienen las remesas al PIB, pero sin duda les afectaría.

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