Reforma. Cd. de México (26 septiembre 2018).- Donald Trump aprovechó ayer su segunda intervención en la Asamblea General de las Naciones Unidas para agudizar el giro nacionalista de su discurso y retomar su “Make America Great Again”.
Delante de los miembros de la ONU, quintaesencia de la multilateralidad y el diálogo internacional, el Presidente estadounidense reiteró sus políticas alérgicas a los valores de la organización.
“Rechazamos la ideología del globalismo y postulamos la doctrina del patriotismo”, afirmó.
“Nunca entregaremos la soberanía de Estados Unidos a una burocracia global que no fue elegida ni le rinde cuentas a nadie”.
El Mandatario revivió así la Doctrina Monroe de 1823, que entiende cualquier intervención extranjera en el país como un acto de agresión.
“Ha sido la política formal de nuestro país desde el Presidente (James) Monroe y rechazamos la interferencia de naciones extranjeras en este hemisferio y en nuestros asuntos”, explicó.
Añadió que Estados Unidos es más fuerte, más seguro y más rico ahora que cuando asumió la presidencia e impuso políticas proteccionistas que van en contra del globalismo en boga.
Esta idea fue reforzada por el Mandatario, quien afirmó que su Administración ha conseguido más que ninguna otra, lo que provocó las carcajadas de algunos miembros del público.
“No esperaba esta reacción, pero está bien”, dijo Trump.
Duras críticas
En su discurso ante las Naciones Unidas, el Presidente también aprovechó para redoblar las amenazas contra sus principales enemigos como Venezuela, cuyo régimen, señaló, podría ser derrocado fácilmente.
Ante el auge de las tensiones con Irán, a quien denominó como el principal patrocinador del terrorismo, el Mandatario pidió a los miembros de la ONU el aislamiento de ese Gobierno.
La salida del acuerdo nuclear de 2015 fue el inicio de un conflicto que se intensificó el sábado tras un atentado militar del que las autoridades culpan directamente a Trump.
La guerra comercial con China fue otro de los objetivos del Presidente, quien reivindicó que Xi Jinping pretende aprovecharse económicamente y agudizar el desequilibrio comercial.
Sin embargo, el magnate apenas mencionó a Rusia y sólo lo hizo para criticar a Alemania por su proyecto de oleoducto, que la hará más dependiente, afirmó.
El único que recibió buenas palabras de Trump fue Kim Jong-un, quien pasó de ser el enemigo y “hombre-cohete” a un aliado de Estados Unidos por el coraje demostrado, según el Presidente, tras la cumbre por la desnuclearización de Corea del Norte.