Reforma, Negocios / Capitanes, Redacción.
En el sector privado hay perplejidad porque la Secretaría de Economía, donde manda Graciela Márquez, se quede sin representaciones en ciudades clave del comercio de México.
Dicen que es temerario no tener a nadie en Bruselas, Bélgica, ni en Ottawa, Canadá, cuando México está en la etapa final de aprobación e implementación de los renovados TLC con la Unión Europea (TLCUEM) y el de México, EU y Canadá (T-MEC).
Dejar vacía la oficina comercial en Tokio, cuando hay muchos temas que atender del Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP 11) puede ser tan preocupante como no tener a nadie en China ante múltiples temas regulatorios.
En fin, no será fácil abordar vía remota asuntos que surgen que en la rutina, como por ejemplo con la Comisión Europea, y que requieren de respuestas rápidas para defender los intereses comerciales de México.
El trabajo de esas oficinas, a diferencia de las ya cerradas de ProMéxico, no es de promoción, sino de interlocución con contrapartes comerciales que atienden recurrentemente asuntos técnicos que no maneja el servicio exterior desde Cancillería.
Lo malo es que ese vacío podría ser llenado por países con los que México compite.
