Durante diciembre pasado, la industria textil mexicana exportó un monto récord de 820 millones de dólares en productos, impulsada por el efecto del Tratado México, Estados Unidos, Canadá (T-MEC); no obstante, enfrenta riesgos que podrían hacer “inviable”, como el aumento en el contrabando, el robo a transporte de mercancías y la incertidumbre por el abasto de electricidad.
Manuel Espinosa Maurer, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Textil (Canaintex), afirmó que el sector consiguió rebasar ya sus exportaciones con respecto al periodo prepandemia, pues al cierre del 2021, los envíos crecieron 17% en comparación con el 2019. De esta forma, alcanzaron 7,471 millones de dólares para el año pasado, y el principal destino de envíos fue Estados Unidos con más del 70% de ventas.
Para la Canaintex los mayores riesgos se encuentran en el mercado interno, porque la industria sufre robos a transporte de mercancías y materias primas todos los días; el contrabando de telas y ropa va alza porque ya no existe una mesa de autoridades e IP de combate a la ilegalidad; además de que existen políticas públicas que impactan a la producción, tal como la negativa al uso de algodón transgénico y la incertidumbre que inyecta la reforma eléctrica.
“Uno de los grandes riesgos para la industria textil es no contar con acceso a buenos precios de energía, eso nos hace inviables”, alertó, por lo que en entrevista con El Economista resaltó la preocupación por la eventual reforma eléctrica. El mercado textil y de prendas de vestir exige productos verdes, que utilicen energías limpias e insumos reciclados, acotó Espinosa Maurer, al considerar indispensable contar con el suministro de energías limpias para poder participar en el mercado de telas y prendas de exportación y nacional.
A unas horas de que sea reelegido como presidente de la Canaintex en el marco del V Encuentro Nacional de la Cadena Fibra-textil-Confección-Calzado, el empresario recordó que el sector genera más de 12% del PIB manufacturero en toda su cadena de valor.