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Chocan cámaras empresariales por TLC México-Corea

El beneficio se concentraría en el agro mexicano, sin embargo no estaría ni cerca de equilibrar los riesgos que genera, advierten los industriales.

La secretaria de Economía, Tatiana Clouthier, y el ministro de Comercio de la República de Corea, Han-koo Yeo, en la firma del inicio de las negociaciones en la Ciudad de México (Foto: Secretaría de Economía)

En la firma de un Tratado de Libre Comercio (TLC) México-Surcorea, el país saldría perdiendo por mucho, han alertado diversas cámaras empresariales de la industria nacional.

La Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), la Cámara Nacional de la Industria Textil (Canaintex), entre otras organizaciones empresariales del país, expresaron su rechazo a la firma de un tratado comercial que la Secretaría de Economía ya está negociando con autoridades comerciales del país asiático.

El rechazo se debe, según han explicado en distintos pronunciamientos, a que lejos de resultar benéfico para el país, deja a la industria mexicana en estado de vulnerabilidad frente a un competidor que “es el segundo país más demandado por prácticas en contra de los tratados de libre comercio que ha firmado” recordó José Medina Mora Icaza, presidente de la Coparmex.

El presidente de la Concamin, José Abugaber, el mayor gremio industrial del país, advirtió que contrario a ser una oportunidad para la industria de exportación el TLC permitiría a Corea reemplazar las cadenas de suministro mexicanas, quienes están años adelante en desarrollo tecnológico e industrial.

“Corea llega con la tarea hecha. En los últimos 50 años ha implementado un programa de política industrial que le permite negociar acuerdos comerciales con ventaja. Cerca del 90% de las exportaciones coreanas son manufacturas, no solo lo que está hecho en Corea sino también lo creado en Corea”, comentó en entrevista José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico.

Pese a que ambos son países manufactureros, a diferencia de México en Corea del Sur el gobierno adoptó una política que prioriza sectores estratégicos para, explica el especialista quién también es Presidente de la Comisión de Estudios Económicos de la Concamin. Pero el apoyo no se dirige a cualquier cualquier compañía, sino a algunas que son parte de los famosos chaebol surcoreanos, como Samsung, LG, Hyundai, entre otros, compañías monopólicas u oligopólicas que tienen capacidad de devorar mercados enteros.

Algunas de estas empresas ya se encuentran en México como es el caso de KIA Motors, perteneciente al chaebol Hyundai, y que inauguró en 2016 su primera planta automotriz en el municipio de Pesquería, Nuevo León.

La experiencia de esta planta automotriz forma parte de las razones por las que los industriales mexicanos basan otra de sus preocupaciones. Y es que una de las estrategias fundamentales de Corea por las que busca entrar con mayor fuerza al país es aprovechar, como ya hace KIA, la posibilidad de convertir a México en un puente maquilador para acceder al mercado de América del Norte, sobre al de Estados Unidos, explica De la Cruz.

La estrategia tiene como objetivo superar las limitantes establecidas en el TMEC, que establecen las llamadas reglas de origen -que afectan principalmente la cadena automotriz- y que existen un cierto porcentaje de contenido regional para poder ser vendidos en el mercado norteamericano sin ser sujeto de aranceles.

Esto no solo significaría que México tendría un rival poderoso jugando en contra en su propia casa, sino que como advierte el presidente de la Cámara Nacional de la Industria Textil (Canaintex), Manuel Espinosa Maurer, podría ser una nueva puerta de China al mercado norteamericano, qué podría buscar triangular sus productos y bienes intermedios a través de Corea del Sur, del que es segundo socio comercial.

Riesgos exceden beneficios

La subsecretaria de comercio exterior Luz María de la Mora ha defendido el tratado pese a la negativa de los industriales mexicanos señalando los beneficios que traerá para los agropecuarios nacionales especialmente en materia de reducción arancelaria.

Solo el 20% de los productos mexicanos que llegan a Corea lo hacen libres de aranceles, en comparación con el 85% de los productos coreanos que llegan a México libres de arancel, mientras que el restante 15% lo hace pagando, en promedio, el 4.5% de aranceles.

Entre los productos mexicanos a los que se aplican mayores aranceles están la carne de res con 40%; el aguacate, 30%; el plátano, 30%; la cerveza, 30%; el limón, 68% y jugo de naranja 54%.

Por ello, el presidente del Consejo Nacional Agropecuario, Juan Cortina Gallardo, es uno de los pocos líderes empresariales que sí defiende la firma del Tratado pues afirma que sin los aranceles, México pierde la oportunidad de aprovechar la demanda de importaciones alimentarias pues el país asiático solo cubre 45% de la demanda de su población.

Sin embargo, De la Cruz asegura que los beneficios de la parte agrícola de ninguna manera podrán potenciar las potenciales pérdidas que se darán en las manufacturas, que representan un valor comercial mucho mayor y frente al que México es altamente deficitario respecto a Corea.

“México es deficitario en su relación comercial con Corea. Si la firma del tratado no se hace con un periodo de transición, si no se hace cuidando sectores delicados de la industria y servicios, lo que va a acabar generando es un mayor déficit para el total de la balanza comercial”, dice De la Cruz.

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