Una combinación constituida por nearshoring, interés de inversionistas extranjeros en México y todavía mayor cercanía con el mercado estadounidense, está levantando vientos favorables para los textileros, al grado de que sus representantes ven la posibilidad de duplicar el negocios en pocos años.
Manuel Espinosa, presidente de la Cámara Nacional de la Industris Textil (CANAINTEX), dijo que su oficina ha estado recibiendo más llamadas que de costumbre. Al otro lado del teléfono se encuentran lo que caracterizó como “grandes marcas” de la industria.
“Nunca nos había pasado que nos llamarán a nosotros los hilanderos, las marcas internacionales para ver como están todos los eslabones. lo vemos como una oportunidad de oro que no se puede perder si no se atiende el tema estructural”, dijo.
Según Espinosa. varias de estas grandes marcas -cuyos nombres no especifico-, mostraron interés en traer la mitad de su planta productiva la continente americano, con México como uno de los destinos que más los atraen. Actualmente, el 80 por ciento de las fábricas textiles de las grandes marcas están en Asia.
“Con 50/50, estaríamos hablando de más de duplicar la industria nacional en poco tiempo, porque estamos hablando de cantidades ‘bestiales’… En cuatro o cinco años”, indico el empresario.
No todo es optimismo, ya que a CANAINTEX le preocupa lo que Espinosa refirió como “el tema estructural”, que incluye la posibilidad de que se apruebe la reforma eléctrica enviada por el presidente López Obrador al Congreso.
Los textileros temen que. si se prueba la reforma sin cambios significativos, sus costos de producción se eleven con altos precios de la electricidad. El sector textil es un usuario intensivo de la energía eléctrica, al grado de que su recibo de luz es mayor que sus gastos de mano de obra y fabricación combinados.
Además, las grandes marcas de ropa están virando su modelo de negocio hacia la producción sustentable y de huella de carbono reducida, hecho que han explicitado a CANAINTEX en sus llamadas.
Con la posibilidad de costos de producción elevados y procesos más contaminantes, estas empresas podrían optar por irse a Centroamérica u otra parte, advirtió.
