El Gobierno del gigante asiático se inspiró en la vieja ruta de la seda para llevar mercancías desde Asia hasta Oceanía, África y Europa del Este y de regreso, mediante una red de infraestructura, facilitación comercial y aduanera.
El plan contempla la participación de 68 países, pero no crea que esto es una propuesta de integración comercial tradicional, pues no están dispuestos a crear un acuerdo comercial o formar un bloque económico como el de la Unión Europea.
Lo que sí contempla son apoyos y facilidades, tantas que a la fecha ha repartido más de un billón de dólares en becas y préstamos para la creación y rehabilitación de infraestructura.
Todo esto viene a cuento porque este fin de semana, los Jefes de Estado pertenecientes al OBOR se reunieron en Beijing, donde el Presidente chino Xi Jinping, anunció que para la iniciativa dotará de otros 124 mil millones de dólares para continuar los proyectos.
Por cierto, ¿sabe quién no estuvo invitado? Estados Unidos, por aquello de su discurso proteccionista.
A México le convendría muchísimo unirse a la iniciativa, ya que sería el puente ideal al cruzar el Pacífico, pero habrá que esperar a que el Gobierno realice las diligencias necesarias.