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CÁMARA NACIONAL

DE LA INDUSTRIA TEXTIL

Inician en abril las Zonas Económicas Especiales

Arturo Ramos Ortíz. México podrá contar a partir de abril con Zonas Económicas Especiales (ZEE), las cuales, a la usanza de los sucedido en China, deben convertirse en puntales económicos a través de exenciones fiscales, dotación de infraestructura y servicios de primer orden, así como la simplificación o eliminación de la infinidad de los trámites que llegan a ahogar y desalentar las inversiones en territorio nacional.

Las ZEE deben generar, además, círculos virtuosos en los que la industria establecida sobre estos polígonos de desarrollo se apoyen en profesionistas, servicios especializados y proveedurías locales; el beneficio debe permear a grandes extensiones de territorio que, hasta hoy, no han logrado integrarse a la bonanza económica.

Gerardo Gutiérrez Candiani, a cargo de la Autoridad Federal para el Desarrollo de las ZEE, comenta a Crónica este proyecto y lo califica como la apuesta económica más importante del país en décadas; una oportunidad, puntualiza, de convertir a México en un punto estratégico de la industria y el comercio internacional en América.

Durante un encuentro con miembros del Consejo Editorial de Crónica, encabezados por su Presidente, Jorge Kahwagi Gastine, Gutiérrez Candiani sostiene que las ZEE pueden constituirse en la alternativa que México está buscando ante un eventual cierre del mercado estadunidense.

—Hay muchos tratados comerciales, pero ¿son realmente útiles?— se le pregunta a Gutiérrez Candiani.

—Claro. La parte difícil, firmar los tratados, ya se hizo. Hay que hacer que los empresarios volteen hacia otros lados —responde en relación a los 12 tratados comerciales que involucran a 46 países y que se han visto opacados por la presencia, en vecindad, del gran mercado estadunidense.

Las ZEE pueden definirse como áreas geográficas con ventajas naturales o logísticas que se pretenden potenciar con un régimen fiscal especial, favorable para la atracción de capitales, y dotándolas de infraestructura y servicios integrados entre sí y de excelente calidad.

En el caso de México, se trata generalmente de zonas portuarias o áreas muy vinculadas a éstas, por lo que Gutiérrez Candiani expone una posibilidad que a él le resulta especialmente atractiva: convertir a México en el principal punto logístico del comercio en el continente, con cargas comerciales que vayan y vengan de los puertos mexicanos hacia el Atlántico y el Pacífico, hacia América del Sur y que transiten rápidamente hasta alcanzar su destino.

—¿Todo esto está en verdad listo?, ¿no se quedará como otros megaproyectos que no se han llegado a cumplir?

—La visión ahora es mucho más integral; está en una ley, amarrada con leyes estatales, señala quien fuera presidente del Consejo Coordinador Empresarial, y agrega que arrancará formalmente en poco más de un mes. En varias ocasiones reitera que se han tomado las medidas necesarias para que el proyecto tenga aliento en el largo plazo y hay un andamiaje legal para evitar que las condiciones favorables a la inversión en estas áreas se vean revertidas.

Además, agrega un punto también muy importante: simultáneamente a la declaratoria presidencial que formalizará la creación de las primeras ZEE con facilidades fiscales y operativas para la inversión, iniciarán procesos de concurso internacional, licitaciones, aplicación de inversiones públicas y de incentivos fiscales para que las inversiones privadas se aglutinen en torno a estos polos de desarrollo.

Así, en este año se tendrán las primeras cuatro ZEE —ése es el plan que deberá traducirse en sucesivas declaratorias presidenciales—, se asignará la administración de cada una a empresas probadas en el manejo de este tipo de espacios económicos y se inyectarán inversiones. Revertir el proceso posteriormente, por capricho, suena improbable.

UN TREN QUE DEBE SER DE ALTA VELOCIDAD.  Las primeras ZEE, elegidas cuidadosamente y definidas a inicio de año, expone el titular de la Autoridad Federal para el Desarrollo de las ZEE, están en torno al puerto de Lázaro Cárdenas, Michoacán; la franja del Istmo de Tehuantepec; un corredor en el Golfo alrededor del puerto industrial Dos Bocas, en Tabasco, y el pequeño puerto de Ceibaplaya, Campeche; finalmente una amplia zona en la península de Yucatán.

Esas zonas, por ahora, no son las únicas que se han pensado.

Los puntos de desarrollo están pensados en el sur y sureste no por casualidad: los bastiones de economía de punta, integrada a los mercados internacionales de mayor dinamismo, deben jalar a regiones con rezagos sociales a efecto de cumplir cabalmente con los objetivos que se ha trazado este ambicioso planteamiento de política económica y regional. Dos ZEE estarán en Coatzacoalcos y Salina Cruz, pero deberán impactar a todo el Istmo de Tehuantepec (un viejo sueño económico trazado desde el siglo XIX).

Hay un tren que corre sobre el Istmo, de océano a océano, y cuyas condiciones operativas expone Gutiérrez Candiani como una alegoría: “Va a diez kilómetros por hora; ya estamos haciendo lo necesario para que se corrijan los trazados de vía, las pendientes. Debe ser un tren de alta velocidad”, señala.

Ése es el reto de las ZEE, convertir áreas de lentos movimientos económicos, ingresos ínfimos y oferta de empleos escasa, en zonas de alta velocidad económica. 5 mil millones de pesos de inyección a infraestructura deben dar el primer empujón. La iniciativa privada debe inyectar más de la mitad de los recursos que dinamicen estas áreas, así que la apuesta es tanto para el sector público como para el privado, puntualiza.

La escala final, la de los próximos diez años, es mucho mayor: 48 diferentes proyectos en ZEE representarán 99.4 mil millones de pesos (dos terceras partes deben provenir de la iniciativa privada).

“Debimos empezar hace 40 años”, señala el titular de la Autoridad Federal para el Desarrollo de las ZEE, quien dice que México vivió políticas económicas exitosas, que a él le tocó atestiguar desde el ámbito empresarial y que llevaron al norte del país a tener áreas de desarrollo de primer nivel… pero el sur y el sureste quedaron aislados en otra realidad.

“El mejor indicador es el ingreso per cápita”, agrega, “el de Oaxaca, mi tierra, es 3 o 4 veces menor que en el norte del país”. Eso deberá revertirse con las ZEE.

Rafael Cardona, columnista de Crónica presente en el encuentro, comenta que él tuvo ocasión de ver hace muchos años el lanzamiento de las ZEE en China y que en esas áreas semideshabitadas, pauperizadas y rurales, después de unas décadas, se desarrollaron los bastiones de la exportación industrial que aquel país hace llegar a todos los continentes.

Cardona pregunta sobre la posibilidad de que el proyecto de las ZEE mexicanas se vea frenado por sus peculiaridades políticas y sociales de nuestro país. Gutiérrez Candiani refiere que es allí donde entra el tramado legal con el que se crea el basamento del proyecto: Hay una legislación que parte de preceptos constitucionales y la iniciativa del Ejecutivo tuvo 20 modificaciones en el Legislativo, hasta que se vio aprobada (incluso con los votos de Morena de por medio). Detener a las Zonas Económicas Especiales será más que complicado, pues incluso quienes las administren, quienes inviertan en éstas, llegarán casi de inmediato a manejarlas y activarlas. Los legisladores dieron una visión más integral al proyecto.

—¿Se puede convencer a los actores políticos?

—Los gobernadores están resultando aliados convencidos en el proceso, —advierte Gutiérrez Candiani. Todos queremos empleos e inversiones y es lo que les estamos proponiendo.

Fuente La Crónica de Hoy

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