Beijing.- La actividad manufacturera en China volvió a crecer en junio y al ritmo más rápido en tres meses, tras haberse contraído inesperadamente en mayo, ya que los nuevos pedidos y la producción subieron lo que apunta a una modesta recuperación, mostró el lunes un sondeo privado.
Sin embargo, y pese a que los mercados acogieron bien el rebote de la actividad fabril, las empresas se mostraron renuentes a abastecerse debido a que la confianza empresarial ha caído al menor nivel del año, en medio de una ofensiva del Gobierno por los riesgos del endeudamiento y por un endurecimiento de las condiciones financieras.
El Índice de Gerentes de Compra (PMI) del sector manufacturero elaborado por Caixin/Markit subió a 50.4 en junio, por sobre la marca de 50 puntos que separa el crecimiento de la contracción según una base de comparación mensual.
El dato estuvo por sobre el nivel de 49.5 proyectado por 25 analistas en un sondeo de Reuters y superó la lectura de mayo de 49.6, que había sido la primera contracción en 11 meses.
La mejoría en los pedidos ayudó a empujar la actividad hacia territorio de expansión, pese a que las firmas consultadas apuntaron que la demanda, externa e interna, aún se mantiene relativamente apagada.
La medición para las nuevas órdenes totales subió a 51.0 -el mayor nivel en tres meses- desde el 50.3 del mes anterior, por un repunte de los nuevos pedidos de exportación. La tasa de expansión en la producción también se aceleró en junio y el ritmo de reducción de empleo, que ha sido persistente desde finales del 2013, bajó al menor nivel en tres meses.
La confianza de las empresas chinas de manufacturas en el panorama a 12 meses cayó a un mínimo anual, según el sondeo. Y aunque las empresas se mantuvieron optimistas en general, se mantuvo la cautela, por los desafíos que enfrentan las firmas a medida que las mayores tasas de endeudamiento aumentan el costo del financiamiento.
Las lecturas de Caixin se hicieron eco del PMI oficial conocido el viernes, que también mostró un sorpresivo y robusto crecimiento del sector manufacturero del país, pero el dato oficial fue aún más optimista que el sondeo privado, que se tiende a centrar en compañías más pequeñas.
La divergencia sugiere que mucha de la reciente fortaleza económica sigue dependiendo en gran medida de la industria pesada y de los continuos estímulos del Gobierno, que benefician mayormente a las grandes firmas estatales, ya que el empeoramiento de las condiciones financieras se ha sumado a las dificultades que enfrentan las compañías de menor tamaño.