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CÁMARA NACIONAL

DE LA INDUSTRIA TEXTIL

5 sectores con mucho en juego en la renegociación del TLC

El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC) ha cambiado y amplificado las importaciones y exportaciones estadounidenses con sus vecinos, cambiando la huella económica del continente. Al mismo tiempo, los déficits comerciales estadounidenses tanto con México y Canadá han crecido, una de las razones principales por las que el Presidente Donald Trump quiere renegociar el pacto. Al tiempo que los funcionarios estadounidenses, canadienses y mexicanos buscan modernizar el acuerdo, los cambios podrían sacudir ciertas industrias, mientras que otras probablemente resultarán en gran medida inafectadas. He aquí cinco sectores con mucho en juego.

AUTOMOTRIZ

La industria automotriz ha tipificado el impacto del TLC para los paladines del acuerdo así como para sus detractores.

El efecto después de que el TLC entró en vigor en 1994 fue el traslado de miles de empleos relacionados con refacciones para autos, además de trabajos de producción en la línea de ensamblaje, del Medio Oeste de EU a México. Los salarios más bajos atrajeron trabajos intensivos en mano de obra como ensamblar ejes y producir sistemas de cableado para vehículos con cada vez más componentes electrónicos. Los críticos culparon al TLC del traslado de los empleos, pero los defensores afirman que atrajo inversiones de fabricantes de autos extranjeros y preservó la competitividad de Norteamérica en un momento de presión incrementada de Asia.

En general, el sector automotriz de Canadá no se vio afectado por el TLC, porque Canadá y EU tienen pactos comerciales en la industria automotriz que se remontan medio siglo.

La Administración Trump quiere usar las pláticas del TLC para recrudecer las reglas que gobiernan cuáles autos y autopartes pueden venderse libres de aranceles entre los tres socios comerciales. "Reglas de origen" más estrictas, que dictan cuánto del contenido de un producto debe provenir del bloque comercial, podrían reducir los materiales asiáticos o europeos en los autos ensamblados en el continente. Pero los economistas señalan que reglas demasiado rigurosas causarán que la producción se mude al extranjero.

AGRICULTURA

El TLC resultó ser un beneficio para muchos productores estadounidenses, abriendo la puerta a exportaciones ilimitadas y libres de impuestos de carne de puerco, de res, maíz y otros productos a México, y dándoles acceso al mercado que disfrutan en pocos lugares más.

Aun así, los productores estadounidenses de cultivos de especialidad como los tomates culpan al TLC por haber lastimado a miles de pequeños agricultores estadounidenses, al tiempo que las frutas y verduras mexicanas fluían cada vez más a EU. Del lado mexicano, los cultivadores de maíz dicen que el pacto los ha debilitado al llevar a la baja los precios del maíz y de materias básicas agrícolas en el país.

Algunos políticos mexicanos han respondido a las amenazas de Trump de abandonar el TLC al indicar que México compraría más productos agrícolas a compañías latinoamericanas. Los funcionarios estadounidenses, presionados por el Congreso, afirman que priorizarán los esfuerzos por mantener las exportaciones a México.

Los legisladores de EU también quieren abrir el mercado de Canadá a las exportaciones lácteas estadounidenses. Ottawa tiene un sistema complicado que protege a sus granjeros lecheros de la competencia extranjera.

ENERGÍA

El TLC original apenas abordó importantes problemáticas energéticas, que eran políticamente sensibles en los años 80 y principios de los 90 cuando se negoció el pacto. Ahora políticos de Texas y otras áreas ven las nuevas pláticas como una oportunidad de liberalizar el comercio y la inversión energéticos, elevar las exportaciones estadounidenses de productos petroleros refinados y gas natural y conseguir apoyo político para el pacto renegociado.

México desreguló su industria energética en el 2014 al abrir proyectos a compañías extranjeras, y grupos empresariales estadounidenses quieren que el nuevo TLC haga que la liberalización de México sea parte de un acuerdo internacional permanente, para dar a los inversionistas más confianza en los proyectos al sur de la frontera.

El auge en el petróleo y el gas shale en EU podría abrir más oportunidades de exportación con sus vecinos, y el nuevo TLC también podría hacer que sea más fácil construir ductos entre los tres países, mencionan expertos. Aun así, demasiado enfoque en la producción de combustibles fósiles podría generar críticas de ambientalistas y demócratas.

TEXTILES

El TLC y subsecuentes acuerdos comerciales bajaron los aranceles a la ropa y facilitaron una migración de trabajos de costura del sureste de EU a México y, más tarde, a Asia.

Del otro lado, los estadounidenses se han beneficiado de precios más bajos de ropa y zapatos cada vez más frecuentemente importados, y las reglas del TLC han apoyado partes de la industria de los textiles intensiva en capital de EU, ya que el comercio libre de aranceles a menudo requiere que la ropa utilice materias primas de dentro de Norteamérica.

La Administración Trump está explorando reglas de origen más estrictas para los autos y podría hacer lo mismo para los textiles, una medida que los importadores de ropa aseguran podría paralizar a los productores y elevar los precios.

A diferencia del Acuerdo Transpacífico (TPP) no ratificado, el actual TLC ya tiene reglas sobre los textiles y la ropa, así que el tema podría no generar tanta controversia.

E-COMMERCE Y SERVICIOS

Las pláticas del TLC incluirán un sinfín de asuntos vinculados con el comercio electrónico, el flujo internacional de datos, la protección de la propiedad intelectual y los servicios internacionalmente comerciados.

El TPP, del cual Trump se retiró en enero, proporciona un modelo para el comercio digital. Mientras tanto, EU, como el proveedor de servicios internacionales más grande del mundo, probablemente buscará reglas fuertes en materia de propiedad intelectual y el comercio de servicios para usar como modelo en futuros acuerdos comerciales.

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